Tampoco es pa tanto
Mucho han comentado ya los compañeros de esta web sobre las verdades no escritas de nuestro deporte; la demagogia del hombre de fútbol o los intocables códigos internos de ese pseudo clan masónico y oscuro que puede llegar a ser el vestuario de un equipo de fútbol. Mentiras todas de un juego que no termina de ser lo que siempre fue , una práctica que suele salir mejor cuando juegas con los buenos y que por ende puede resultar desastrosa si uno no entrena o decide comprar el peor material para formar su equipo. Tan sencillo y tan complejo como eso, tanto, que en los últimos años nos hemos empeñado (los primeros los periodistas) en mitificar una figura de moda en nuestro balompié; el director deportivo. El director deportivo es ese erudito del balón que ve figuras donde otros no vemos más que futbolistas del montón, que encuentra gangas en un mercado que el mismo ha dinamitado, o que supuestamente conoce al dedillo la liga iran. Pues a mi me van a perdonar; pero tampoco es pa tanto. El director deportivo al fin y al cabo termina errando lo mismo que acierta (Monchi lo está demostrando esta campaña) y en más de una ocasión (y de dos) termina fichando al futbolista contrastado que casi todo el mundo conoce (Dios me libre de meterlos a todos en el mismo saco), porque señores no nos engañemos el director deportivo no es nadie sin dinero. Y a las pruebas me remito; me quedo con el Real Betis, ¿Tan malo era su director deportivo cuando los fichajes no daban la talla campaña tras campaña? ¿O el malo era el de siempre por jugar a la economía de los 20 duros? , ¿Es ahora tan bueno Momparlet por traer a los Mehmet, Emaná y compañía?¿O tan bueno Don Manuel por rascarse el bolsillito? , o mejor todavía ¿Tan malos los dos por no ver antes a jugadores contrastados y que media Europa perseguía? Pues ni tanto ni tan calvo; los años demuestran que los experimentos mejor con gaseosa (véase Sobis; Pavone; Jorge Wagner o alguno que otro que deambula por aquí) y que las cosas más sencillas y con pasta por delante suelen dar resultado. Si el mercado invernal no deja perlas, pues abres un banco un sábado (Lopera dixit) y te traes a Ricardo Oliveira, que al final es bueno, conocido, marca y te da un derbi tras más de una década. Lo demás "paparruchas". Así que dejemos de mitificar a los señores del traje y la agenda y mejor apelemos a que los directivos se rasquen bien y con cabeza su bolsillo, porque al menos yo, prefiero ver a Oliveiras y Kanoutés antes que a Konkos y Limas; con todos mis respetos.