Así fue el primer día blanquivioleta de Ronaldo
El 3 de septiembre del año 2018 es un día determinante en la historia del Real Valladolid, pero, también, en la de Ronaldo Nazário. Hace hoy un año, un jugador del historial del brasileño llegaba a la ciudad de Valladolid para oficializar que era el nuevo propietario del Club y, también, para vivir un día especial.
Cariño, ilusión y ambición fueron algunos de los sentimientos que Ronaldo dejó o recibió en un día en el que se movilizó la ciudad entera de Valladolid. Desde su llegada al Ayuntamiento, la emoción por abrir una nueva etapa creció hora tras hora para terminar viviendo un día que cambió la historia pucelana.
Obviamente, todo se inició con el aspecto institucional. El recibimiento del alcalde en el Ayuntamiento dio paso a una rueda de prensa en la que tanto Carlos Suárez como Óscar Puente dieron la bienvenida a Ronaldo. Éste, ilusionado y sincero, se mostró comprometido con esta nueva etapa y ambicioso con los retos que podían llegar.
Tras atender a los medios de comunicación, el brasileño pisó las calles de la ciudad y elevó la expectación. Escoltado por la Policia, Ronaldo compartió mesa y mantel con los protagonistas de la rueda de prensa. Los primeros bocetos de su proyecto a Valladolid fueron el tema principal de conversación de una discreta comida.
Esperando el plato fuerte
Cerradas las presentaciones, Ronaldo, junto a Carlos Suárez, se desplazó al Nuevo Estadio José Zorrilla. Quería conocer las instalaciones. Estadio, Campos Anexos... Desde el primer día ha estado en la cabeza del brasileño la mejora de las infraestructuras de la entidad y pronto quiso conocer en qué estado estaban y desde qué punto debía comenzar.
En esos momentos se cerraba el primer día pero no la expectación. El día siguiente, con la presentación ante los jugadores y su presencia en el primer entrenamiento, el efecto Ronaldo multiplicó su repercusión en la ciudad. La grada de los Campos Anexos no estaba abarrotada para ver entrenar al equipo, sino para conocer los primeros pasos del nuevo propietario en una etapa que comenzaba con tremenda ilusión y expectación.