Ricky Rubio, 14 años escribiendo una historia única marcada por una tragedia
Todo comenzó en un entrenamiento de la pretemporada 2005-2006 en el que Aito García Reneses andaba justo de efectivos. En la grada del Olímpic de Badalona Ricky Rubio esperaba sentado el inicio de la sesión donde su hermano mayor, Marc, entrenaba, entre otros, junto a Rudy Fernández, Elmer Bennett, Lubos Barton y Álex Mumbrú.
El técnico madrileño le propuso a Ricky, cadete de primer año, participar en la sesión. La leyenda dice que no llevaba ni zapatillas de juego y tuvo que salir corriendo en busca de unas. No le falló a García Reneses ese olfato especial que siempre le ha hecho ver el talento entre los jóvenes y apostó por él.
El 15 de octubre de 2005, en la primera jornada de la ACB, Ricard Rubio -así aparecía en la estadística del partido- se convertía con 14 años, 11 meses y 24 días en el jugador más joven en debutar en la Liga Endesa. Era el primero de varios récords de precocidad que batiría antes de cumplir los 20 años.
📅 Hoy hace 14 años... ¡un niño llamado @rickyrubio9 debutó en la acb!#LigaEndesa pic.twitter.com/rit5YOin4m
— Liga Endesa (@ACBCOM) October 15, 2019
Nicolás Gianella, el base argentino del Granada, no habrá olvidado los cinco minutos y cinco segundos que tuvo delante a Ricky Rubio sobre el parqué. "Lo volvió loco", explicó en su día César Sanmartín, otro ilustre canterano de la Penya que por entonces vivía sus mejores años como jugador en el club andaluz. En esos cinco minutos, Ricky Rubio sumó dos puntos, dio una asistencia y robo dos balones. La Penya ganó (72-82). Aquellos brazos larguísimos han sido siempre una pesadilla para los bases rivales a lo largo de toda su carrera profesional y han generado asistencias impensables.
En su primera temporada con el primer equipo de la Penya jugó 10 partidos de liga regular y 4 de play off, donde los verdinegros cayeron en semifinales ante el que sería el campeón, el Unicaja. Alternó el primer equipo con el junior, pero Aito ya tenía decidido que Ricky Rubio había llegado para quedarse y triunfar.
Aquella primera temporada la cerró con una de las actuaciones más impactantes que se recuerdan. Fue en la final del Europeo cadete disputado en Andújar (Jaén) el 20 de agosto de 2006. Ricky Rubio condujo a España al título (106-110) ante Rusia con 51 puntos, 24 rebotes, 12 asistencias y siete robos de balón después de forzar la prórroga con un triple desde medio campo con tres jugadores tratando de impedir el lanzamiento.
En la temporada 2006-2007, Ricky Rubio fue el jugador revelación de la Liga y la temporada siguiente, con 17 años ya entró en el quinteto ideal. En aquella temporada 2007-2008 ganó la ULEB Cup y la Copa del Rey, los últimos títulos conquistados por el club de Badalona.
Hace un mes, cuando España conquisto en China su segundo Mundial de baloncesto y fue nombrado mejor jugador del campeonato, apareció en las redes sociales una foto de Rubio junto a Rudy Fernández y Pau Ribas con la camiseta verdinegra celebrando en el vestuario uno de aquellos títulos.
El 1 de septiembre de 2009, Ricky puso fin a su etapa verdinegra. El Joventut, presidido por Jordi Villacampa, lo traspasó por 3,7 millones de euros -uno menos de lo que fijaba su cláusula de rescisión- al Barcelona. Otro récord. Nunca un equipo español había pagado tanto dinero por el fichaje de un jugador.
Tres meses antes, el base fue elegido con el número cinco del draft de la NBA por los Minnesota Timberwolves. Antes de dar el salto a la liga profesional de los Estados Unidos, ganó la segunda Euroliga de la historia del Barcelona a las órdenes de Xavi Pascual. El 26 de diciembre de 2011 debutó en la NBA con los Minnesota Timberwolves y está temporada jugará en los Phoenix Suns, su tercer equipo en la NBA después de militar en Utah las dos últimas temporadas.
El base de El Masnou se ha hecho hombre entre profesionales del baloncesto a lo largo de estos 15 años y, a los 29, su elección como mejor jugador del Mundial lo ha consagrado definitivamente.
El fallecimiento de su madre en mayo de 2016 a consecuencia de un cáncer significó un punto de inflexión en su vida y aceleró su maduración personal y su manera de ver las cosas. Desde entonces y a través de la Ricky Rubio Foundation no pierde ninguna oportunidad que se le presenta de ayudar en cualquier causa solidaria.