España ya es la reina de la Eurocopa: Álvaro Morata eleva la cuarta al cielo de Berlín
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Ya es la selección con más Eurocopas
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Ejerció de capitán para levantar el trofeo
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El Milan quiere presentar el fichaje de Álvaro Morata después de la Eurocopa
Álvaro Morata, capitán de la selección española, fue el encargado de recoger de manos del Rey de España, Felipe VI, y del presidente de UEFA, Aleksander Ceferin, el trofeo que proclama a España como campeona de la Eurocopa 2024, tras imponerse a Inglaterra 2-1 en la final, y levantar al cielo de Berlín la cuarta conquista europea del país dominador del historial. Nadie tiene tantos títulos como nosotros.
Tras los premios individuales recibidos por Rodri Hernández como mejor jugador del torneo y Lamine Yamal como mejor jugador de una Eurocopa que disputó con 16 años hasta la final en la que brilló con 17 años recién cumplidos, los 26 internacionales españoles realizaron un pasillo a los futbolistas de Inglaterra cuando subieron a recoger la medalla de subcampeón.
De Kiev a Berlín, llegó el momento soñado con doce años de diferencia. Le llegó el turno de recibir el premio más preciado y la anécdota la protagonizó Yamal, cuando se adelantó al seleccionador Luis de la Fuente y sus compañeros le bajaron de la pasarela entre bromas.
El desfile tras De la Fuente lo siguieron cada uno de los 26 internacionales españoles, con Pedri y Ayoze bajas por lesión en la final, disfrutando de un momento para la historia.
Álvaro Morata, eufórico en Berlín
Morata, eufórico una vez liberada la tensión con la que capitaneó al equipo todo el torneo, recibió de la manos de Felipe VI y Ceferin el trofeo, bajó de la pasarela de un salto abrazado al título y se dirigió donde sus compañeros para desatar la locura colectiva cuando lo alzó al cielo de Berlín.
Los futbolistas ingleses aplaudieron al rival en un gesto deportivo, mientras que gran parte de sus aficionados ya habían abandona el Olímpico de Berlín disgustados tras perder su segunda final consecutiva. La fiesta fue para los 13.000 seguidores españoles que no pararon de celebrar en el fondo norte, donde se dirigieron los campeones de Europa a dedicarles el triunfo soñado.
