Javier Tebas estalla por la inauguración de los Juegos Olímpicos: "Es un insulto para los cristianos"
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Javier Tebas lo criticó como un ataque al Cristianismo
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Este viernes se celebró la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024 con un show que tuvo de todo sobre el río Sena. Además de la presencia de distintos VIPs y de leyendas del deporte entre las que estuvo Rafa Nadal, el evento también sirvió para mandar mensajes de sororidad, igualdad y tolerancia pero Javier Tebas no se mostró nada contento con una de las imágenes.
Uno de los momentos que más críticas se llevó en redes sociales fue un desfile de moda sobre una pasarela instalada en el río que contó con personas de todas las etnias y orientaciones sexuales. Después de los bailes sobre la alfombra roja, en un momento posaron imitando la Última Cena, y esto hizo estallar al presidente de LALIGA.
"¡Inaceptable, irrespetuoso, infame! Usar la imagen de la Última Cena en los Juegos Olímpicos de París es un insulto para los que somos cristianos. ¿Dónde queda el respeto por las creencias religiosas?", escribió Javier Tebas en su cuenta de X.
Inaceptable, irrespetuoso, infame ! Usar la imagen de la Última Cena en los Juegos Olímpicos de París es un insulto para los que somos cristianos. ¿Dónde queda el respeto por las creencias religiosas?. #Respeto #JuegosOlímpicos" pic.twitter.com/2IKX4NJz7S
— Javier Tebas Medrano (@Tebasjavier) July 27, 2024
La Inauguración de los Juegos Olímpicos, marcada por la lluvia
Los gritos de emoción y alegría se escucharon a lo largo de todo el Sena, que había tenido el papel principal de la jornada, escenario del desfile de las 205 delegaciones, todas menos Rusia, que competirán por las medallas, un protagonismo que tuvo que compartir con la lluvia.
La audacia de los organizadores, que quisieron que la ceremonia fuera la locomotora de unos Juegos grandiosos, quedó puesta a prueba por un elemento natural que, a buen seguro, aguó sus planes.
La seguridad elevada a la máxima potencia dio resultados y si durante meses se habló del riesgo de atentado durante un acto fuera de un recinto cerrado, finalmente fue el clima quien puso el acento más negativo.
"Pero cuando se ama a los Juegos no te dejas impresionar por unas pocas gotas de agua", aseguró el presidente del comité organizador, el carismático Tony Estanguet, que quiso así dejar claro que la lluvia no apaga su ímpetu emprendedor.
Si para entonces mucho público había abandonado las gradas, si muchos otros penaban por pelear contra la intensa lluvia, la traca final que tenían previsto los organizadores les hizo levantarse de sus asientos y sumarse a un unánime aplauso.
Porque la ceremonia había comenzado, de forma cómica, con Zidane recibiendo la antorcha olímpica de manos del actor y humorista Jamel Debouze en un Estadio de Francia totalmente vacío, para marcar que París había decidido hacer su ceremonia en un lugar abierto.
El hilo conductor de la misma lo llevó un misterioso personaje enmascarado inspirado en el videojuego 'Assassin's Creed', cuyo recorrido por el Sena fue dando paso al desfile de las delegaciones, en barcos individuales o colectivos, pero también a una serie de actuaciones artísticas y musicales.
Así se pudo escuchar a Lady Gaga cantar la carabatera "Mon truc en plumes" o a Aya Nakamura, la artista francesa más escuchada del momento, interpretar éxitos de Charles Aznavour junto a la orquesta de la Guardia Republicana.
Numerosos espectáculos de baile, de acrobacias y artísticos fueron apareciendo en diferentes lugares del río mientras las 85 embarcaciones que transportaban a los atletas recorrían los seis kilómetros entre el puente de Austerlitz y el Trocadero, frente a la Torre Eiffel.
En esos momentos fue cuando la lluvia fue más intensa, un fenómeno poco habitual en un mes de julio de la capital francesa con tanta fuerza, pero que mostró al mundo entero que es normal en París.
Ahí fue cuando muchos asistentes abandonaron sus lugares y cuando los barcos aceleraron la marcha para acortar el suplicio de los atletas, que se protegían con chubasqueros y que se saltaron el desfile final en el Trocadero, al que apenas acudieron un puñado de ellos.