El nutricionista Saúl Sánchez da un truco para que el pan sea "mucho más saludable"

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El almidón se transforma en almidón resistente al congelarlo
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Este proceso no cambia su valor nutricional
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El pan protagoniza los desayunos y acompaña las comidas y cenas de gran cantidad de personas, sin embargo, en los últimos tiempos su consumo está siendo muy criticado.
Para que este alimento no sea tan "problemático", el nutricionista Saúl Sánchez da un truco muy fácil, a sus más de 30 mil seguidores en Instagram, para "que sea mucho más saludable, y es algo tan sencillo como congelarlo". No obstante, este mismo recuerda que "lo ideal es no acompañar las comidas con pan si ya existe otra fuente de carbohidratos en el plato".
Los beneficios de congelar el pan
Al congelar el pan, "el almidón que se encuentra en su interior, se transforma en almidón resistente" de forma que la digestión se vuelve "un poco más lenta". Esto hace que se retrase "la absorción de los carbohidratos, mejorando el control glucémico" y evitando los picos de insulina, "que pueden resultar perjudiciales", sobre todo para algunas personas.
Por otro lado, el pan congelado "tiene efectos positivos sobre la microbiota", pues "el almidón resistente actúa como prebiótico, es decir, fermenta dentro del intestino y sirve de sustrato energético a la bacterias que componen la microbiota".
Dicho proceso "favorece la síntesis de ácidos grasos de cadena corta" como por ejemplo, el butirato, que este, a su vez, " tiene un componente inflamatorio" que beneficia al funcionamiento del organismo.
Por último, una mejor y "mayor síntesis de estos compuestos a nivel intestinal se ha asociado con menor incidencia de patologías crónicas como la diabetes de tipo 2 o las metabólicas en general".
Este proceso no cambia el valor nutricional
Además de los beneficios mencionados, Saúl Sánchez indica que el hecho de congelar el pan "no cambia su valor nutricional"; en otras palabras, su contenido y cantidad en nutrientes, como por ejemplo de hidratos de carbono, se mantiene exactamente igual.
El único cambio es que "retrasa la entrada de la glucosa en sangre, que es algo positivo, sobre todo para mantener unos buenos parámetros metabólicos y encima mejora la calidad de la microbiota", concluye el nutricionista.