NBA 2K26, un billete a soñar con la esencia del deporte

El destello de NBA 2K26 está en la diversidad de su comunidad, en los modos de juego y en la manera de afrontar cada reto, y ahí son unos genios. La puesta en escena de 2K Games un año más para redefinir una saga compleja que pasa por el mismo estándar todos los años es un acierto, con matices, pero muy bien envuelto para el jugador que repite una temporada más.

Con el valor añadido de ser, al menos a fecha de publicación, la única forma oficial de tener los comentarios de Antoni Daimiel en un entorno de NBA, el notable se esparce por todos los ámbitos del juego. Puesta en escena, modos de juego, jugabilidad y la sensación de estar dentro de la cancha como nunca. Y lograr eso cada año es un valor imposible de imaginar.

Es fácil poner el primer foco, pero el cómo guarda un valor especial. El aura de Shai después de una temporada de ensueño es la base de ese listado de cinemáticas que enamoran a cualquiera tras cinco minutos del Modo Historia. Ahí empiezan a tocarte la fibra sensible porque a poco que instales el juego es fácil verte en un espejo imaginario sonriendo como si fueras ese chaval de 15 años que gasta su fin de semana en redescubrir cada animación de tiro de las estrellas.

Una vuelta de tuerca dentro de la repetición

Conseguir eso en un juego que repite sus estándares cada año tiene mucho valor, aunque tras estas letras está un fiel fan de la saga con gustos muy alejados del My Team. Mi experiencia con NBA 2K26 guarda centenares de horas que en muchos casos están centrados en el experimento manager de trastear con Mi NBA y en los últimos años con Mi GM. En esa obligación para ver las mejoras de cada año busco ese hueco antes que las mejoras online, porque cada perfil de jugador es único, y el mío quizás es diferente al mainstream.

En esa parada obligatoria de 4-5 horas para tomarle el pulso al cambio uno pasa por sentir el club desde dentro con juego, narrativa y nuevos valores. La inteligencia de la IA, el uso de los valores de cada GM, la búsqueda de traspasos o el control de las finanzas son solo las primeras huellas. En este caso con algunas funciones mejoradas como el subidón de las pretemporadas o los menús.

Hace años que el juego pide una renovación en el visor de la pantalla y, aunque en ciertos aspectos del juego no cambia, aquí sí. Las horas entre menús ahora son mucho más agradecidas por la personalización, sobre todo a la hora de mimar a los jugadores y la plantilla, no tanto en el menú global donde cambia el color y poco más.

Con respecto a Mi GM la sensación me deja un poco frío, porque hay tanto potencial detrás que parece desperdiciado por colocar al personaje en un edificio en el que no hay mucho que hacer. Es impersonal. Se ha mejorado la narrativa de los equipos, la intrahistoria de cada club y la conexión con el jugador, pero el manejo del personaje apenas es significativo entre las cuatro paredes. Todo cambia con la Ciudad, pero el peso de ser el General Manager no es tal, al menos en esa prueba en tercera persona muy mejorable.

Yo arranqué en los Sixers para ver cómo encarrilar el proyecto y el peso de la franquicia tras las lesiones de la última temporada, y el guión funciona. La esencia está en los despachos cuando se trata de traducir el peso del juego en una charla, pero se diluye con el manejo del personaje. Por suerte todo lo relativo a convertir el juego en un manager es una genialidad un año más.

Out of Bounds, un modo historia necesario

Al construir tu propio imperio para salir a la Ciudad a comerte el online de 2K como cada año hay una capa especial en esta ocasión. Out of Bounds me conecta al juego, es algo que le falta a muchos juegos deportivos, empezar desde el barro con una narrativa especial que ofrece un ángulo diferente al de la ruleta del online de cada año. Es algo más que una película, es una vuelta de tuerca para ver cómo un chaval llega a la élite más allá de la típica lucha donde sólo parecía tener un contrincante que siempre llegaba a la NBA. Aquí es diferente y la mezcla de gameplay, escenas y trama es perfecta.

La revolución en el tiro y la mejora del motor ProPlay

El 2K siempre está en los detalles. Decidir qué tiro tiene tu jugador puede dejar más de una hora a algunos hasta elegir celebraciones personalizadas como tal estrella, pero eso es sólo el comienzo de algo mucho más grande. El mimo con el nuevo temblor al realizar los tiros libres es el ejemplo más claro, es la base del juego, funcional, simple, sencillo y muy ligado a la NBA. Y casa con lo que es el momento.

El motor de juego ProPlay implementado el año pasado no sólo va a más, sino que tiene buenas decisiones tras de sí. Eliminar el porcentaje de fallo obligatorio a pesar de tener un tiro perfecto es de las mejores bazas para hacer el juego más justo y más satisfactorio, y eso es sólo el inicio. La posibilidad de armar el tiro antes de recibir el balón es de lo más revolucionario así como el reconocimiento instantáneo de cada figura de la NBA en este ámbito. Y a partir de ahí está el auge de la CPU, la genialidad de las físicas en los bloqueos, los conceptos implementados por la IA en los ataques en estático…todo pasa al siguiente nivel.

Conclusiones de NBA 2K26

Y quizás es café para muy cafeteros en algunos casos, pero NBA 2K26 cuando llega a cierto nivel es exactamente eso. Mucho más que ir directo a la canasta o coger al base para buscar un pick n roll y acabar el ataque en tres segundos. Entre tanto el modelo sigue siendo el mismo, el juego toma a su jugador con muchas opciones pero lo redirige siempre al online con un paquete de gastos necesario para estar al día. El debate del pase de batalla o la cuota del online es la de la última década, asumida desde hace años y sin visos de cambio, pero al menos con alternativas para disfrutar del juego más allá de pensar en el JcJ.

Lo mejor

• La inmersión, desde el Modo Carrera a las mejoras jugables en el tiro
• La diversidad de opciones jugables y el gameplay más definido de la historia
• La necesaria mejora en menús, sobre todo de cara a Mi NBA y My GM

Lo peor

• La falta de desarrollo en modos como GM
• El constante modelo de negocio desde el online

82/100