Metal Gear Solid Delta: un remake tan brillante como perezoso

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Un esperado remake 1:1 pero que podría haber mejorado muchas cosas
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El multijugador de Metal Gear Delta llegará tarde y sin crossplay
Metal Gear Solid Delta: Snake Eater es, sin duda alguna, uno de los grandes lanzamientos de 2025. Al menos uno de los más esperados, ocupando el TOP para muchos desde que GTA VI se nos fue a 2026. Un remake en el que había depositado mucho miedo y mucho hype, pues se trataba de volver a hacer el que posiblemente sea el mejor juego de una de las mejores franquicias de la industria del videojuego. Siendo éste el primer paso a futuros remakes de la saga.
Y lo cierto es que comenzar los remakes con Snake Eater es un acierto absoluto. Es el juego con el que empieza todo, sin entrar en spoilers, y que allá por 2004 nos voló la cabeza. Es por eso que era importante que fuese un juego a escala 1:1. Sin demasiadas pretensiones ni venirse tan arriba como para que fuese un juego distinto, y lo ha sido. Es un calco del original. Pero quizá sí que se esperaba esta oportunidad para renovar cosas que sí hacía falta mejorar. Y un pequeño palo es que esa mejora solo ha venido a nivel gráfico. Aunque con la incomprensible decisión de usar un motor gráfico con tantísimos problemas de rendimiento.
El Metal Gear más poderoso a nivel visual
Porque sí, hay que empezar a hablar de ello. Si vas a hacer un remake escala 1:1 20 años después, lo primero que había que mejorar era el apartado gráfico. Y vaya sí lo han conseguido. Porque otra cosa no, pero el Unreal Engine 5 se ve que es una gozada. Cada paisaje sorprende más que el anterior. Desde el primer plano a una brizna de hierba. Unas huellas de barro. Un primer plano del rostro de Snake. El acercarnos a un animal y ver cada detalle de su fisionomía. Una absoluta locura que destaca más en escenarios como la montaña de Krasnogorje, donde la distancia de dibujado es todo un sueño cumplido para los que somos fans de Snake Eater.

Es sumamente fácil impresionarse con este motor gráfico en un entorno de selva y tan vivo, repleto de fauna y flora. Incluso hay momentos donde se salen de ese 1:1 para recrearse con sus gráficos, y con razón. (¡Metamos seis planos de Snake quitándose el casco para que veamos cada gota de sudor que brota de su pelo!). Se ve todo increíble, sí. Pero el motor es una vergüenza en cuanto a optimización, y no se entiende que ésta haya sido su decisión. Siendo condenadamente complicado trabajar con él y solucionar todos estos problemas. Haciendo que encontremos varios fallos en las texturas, tanto en gameplay como en cinemáticas. Pero sobre todo que un juego en pleno 2025 se vea a 720p en modo rendimiento (que te venden como 1080p), y con caídas de frames en función de la versión, es una vergüenza absoluta. Eso sí, hay que decir en honor a la verdad que en la versión de Xbox Series X no hemos tenido ni un solo problema desde el día de lanzamiento. Quizá por el rendimiento de la consola o quizá por un parche de Día 1. Pero ha ido perfecto donde en PS5 y PC sí han tenido problemas de diversa índole (aunque inexplicable lo de la resolución de todas formas).
Kojima siempre fue un adelantado a su época
Esto es algo que siempre ha quedado demostrado y patente, tras el bombazo de MGS1, y especialmente en MGS2. Jugar ahora a la segunda entrega hace que te preguntes si Hideo es algún tiempo de viajero en el tiempo capaz de predecir lo que iba a ocurrir. El Julio Verne de nuestra era, cambiando los cohetes que viajarían hacia la luna por la era de las IA y la desinformación. Y con MGS3 nos hizo experimentar una sensación totalmente única y novedosa. La supervivencia en la jungla total.

Como remake, Metal Gear Solid Delta: Snake Eater, tiene todo lo genial que tenía el juego entonces. Teniendo además mil decisiones ocultas de las que jamás tenemos por qué descubrir sus repercusiones. Pues en ningún momento se nos explica que si explotamos un helicóptero casi al inicio del juego, a mitad del mismo habrá una fase mucho más sencilla gracias a que el enemigo no tendrá ese helicóptero para vigilar la zona. Pero tampoco nadie nos dice que lo explotemos ni hagamos nada. Como tampoco qué sucede si explotamos un almacén de comida o de armamento. Hasta que, al volver, vemos que los soldados son más débiles al tener hambre, o que se quedan sin balas al haber perdido sus reservas. Algo que repetimos es de valorar pues todo esto viene del original de hace 20 años.
Claro que el juego también es muy japonés y muy de Kojima de 2004. Pero eran otros tiempos, y tal y como leemos al inicio del juego, "sabemos que algunas partes pueden parecer anticuadas pero hemos querido respetar la obra original". Algo que han querido subsanar, pues como dato curioso, a lo largo del juego vemos diferentes posters de modelos japonesas en ropa interior decorando las instalaciones de los soldados. Ahora, 20 años después, Konami ha contactado con todas esas modelos para actualizar todas y cada una de esas fotos. Y algunas han enviado una actual en tono similar, manteniendo el erotismo de la foto, mientras que otras lo han hecho en otro tono radicalmente diferente o incluso con sus hijos.

Naked Snake, el origen de todo
Antes de Solid o Venom, estuvo Naked Snake. El verdadero héroe de la Guerra Fría. Pues lejos de trasladarnos a países o tramas más ficticias, MGS3 nos metía de lleno en un enfrentamiento que pudo desencadenar la Tercera Guerra Mundial. Justo tras la crisis de los misiles de Cuba. Un universo alternativo donde se empezaba a crear toda una nueva forma de guerra nuclear: los Metal Gear. Y en medio de todo, un soldado que ha de evitar todo sin que nada ni nadie note su presencia.
Una soberbia peli de espías como pocas hemos podido gozar en la industria del videojuego. Lo que le da aún más fuerza a ese género del 'sigilo táctico'. Porque sí, podemos ir y arrasar con todo y todos. Aunque luego eso tendrá sus consecuencias más adelante. Premiando el no hacer saltar nunca ninguna alarma y no acabar con la vida de ningún soldado. Acompañado todo de la colosal banda sonora de Harry Gregson-Williams (Armageddon, Shrek, Marte...) que es la guinda de este pastel.

La suma de todo hace que no sea un juego para todos. Muchos creen que tiene demasiadas cinemáticas y que es muy lento. Pero esa es la magia de Kojima y de Metal Gear: suelta el mando un rato y disfruta de la experiencia. Pues además del auténtico cine que es Snake Eater, el juego lo complementan más de 2300 conversaciones de radio, muchas de ellas manuales. Es decir, que cada vez que estemos en un nuevo escenario, consigamos un nuevo objeto o un nuevo arma, nos pongamos un maquillaje diferente o matemos a un animal nuevo, podremos hablar de todo ello con nuestros compañeros y conseguir información de todo tipo. ¿Útil para el juego? Pues muchas veces no. Pero sí nos enriquece a nosotros como jugadores. O a veces simplemente nos ponemos a hablar de cine (la enorme pasión de Kojima) con nuestra Para-Medic.
Un fabuloso remake donde Konami no se ha arriesgado nada y donde coinciden la pereza y la desidia
Todo lo bueno que tiene Metal Gear Solid Delta: Snake Eater viene porque MGS3 era un juegazo de mil pares de narices. Y si haces un remake 1:1, pues te va a salir otro juegazo increíble. Sin embargo al jugarlo uno se queda con una sensación agridulce. Como la de una oportunidad perdida de haber podido hacer más. Sin cambiar nada ni alejarse ni un centímetro de la obra original, pero sí con nuevos matices.
Un ejemplo es que la IA de algunos enemigos daba asco en muchos momentos. Basta que te metas bajo una roca durante dos minutos para que el enemigo, que te ha visto meterte ahí, se crea que te has ido. Algo que no han querido mejorar. Y por seguir hablando de enemigos, tampoco han querido optimizar el sistema de looteo de enemigos dormidos o muertos, el cual era bastante pesado de por sí. Por no hablar de una interfaz que era muy mejorable entonces y que sigue siendo muy mejorable al no cambiar nada, siendo muy pesado el tener que entrar a cada segundo a gestionar la mochila.
Luego te venden como 'nueva experiencia' el sistema de cámara en tercera persona y apuntado al hombro. Pero eso es algo que ya tenía Metal Gear Solid 3: Subsistence. Por lo que aunque puedes jugar con el 'Estilo Nuevo', pues de nuevo tiene poco. Pero punto a favor que puedas elegir entre éste o el 'Modo Tradicional' de MGS3 que que se ha quedado anticuado e incómodo en cuanto a tener controlado nuestro campo visual.

Todo ello lo podrían haber mejorado. Detalles que no hubiesen cambiado nada del juego. Pero no han querido hacerlo. Como tampoco han corregido los errores de traducción en los subtítulos que ya tenía el original. ¿Y qué sentido tiene que siga habiendo tiempos de carga entre zonas de juego tan pequeñas? Haber unido algunas zonas en una sola habría sumado de paso una mayor dificultad al controlar a más soldados.
Sin embargo sí que han añadido un nuevo acceso rápido al Códec, a las Curas o a los Camuflajes que es una maravilla. Por lo que no se termina de entender por qué esos detalles sí, pero lo demás no.
Conclusiones de Metal Gear Solid Delta: Snake Eater
En resumidas cuentas, Metal Gear Solid Delta: Snake Eater es uno de los juegos del año. Un fantástico remake pero tremendamente vago. Se han limitado a meter los controles de MGS5 en los de MGS3, algún acceso rápido y ya. Lo que supone una oportunidad perdida a mejorar otros muchos aspectos del juego que se han quedado anticuados. A esto le sumas algún detallito como frecuencias de radio ocultas o nuevos coleccionables, y lo cierto es que todo funciona a las mil maravillas.

Como hemos dicho, MGS3 ya era un juegazo y este también lo es por motivos evidentes. La pena es que, de habérselo currado Konami un poco más, habría sido el Metal Gear definitivo. Un haber luchado por una nota perfecta. Pero se queda en un notable alto gracias a la herencia. Mejoras que no han llegado pero que no hace que el juego siga siendo un auténtico escándalo.
*Versión analizada: Xbox Series X
Lo mejor
- Un remake 1:1 del original, que era lo que todos esperábamos
- Una soberbia historia. Nos mete de lleno en una de las mejores películas de espías que podamos experimentar
- El alto nivel de supervivencia (hambruna, sigilo, camuflajes...) que ya existía en el original
Lo peor
- El pésimo rendimiento (en algunas plataformas) del juego por culpa del precioso Unreal Engine 5
- La oportunidad desaprovechada de haber mejorado algunos detalles que se han quedado anticuados
90/100