Dacia convierte el Sandero en un coche caro

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El utilitario rumano tiene un modelo por debajo
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El Spring es un chollo
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Ahora tienes un Ebro a precio de Dacia
Durante años, el Dacia Sandero fue el modelo más representativo del enfoque económico de la marca. Su fórmula sencilla, con motores básicos, equipamiento justo y precio contenido, lo convirtió en un éxito comercial. Sin embargo, el contexto ha cambiado. Si se compara con el Dacia Spring, el eléctrico urbano de la marca, el Sandero ha pasado a ocupar una posición más elevada en términos de coste, convirtiéndose en el modelo más caro entre los accesibles de la firma.
El Dacia Spring, con su propuesta 100 % eléctrica, parte de precios notablemente más bajos, especialmente cuando se aplican ayudas estatales o planes de incentivo a la movilidad eléctrica. Esto ha situado al Spring como el nuevo punto de entrada a la gama, a pesar de contar con un sistema de propulsión más avanzado desde el punto de vista tecnológico. Mientras tanto, el Sandero, en sus versiones térmicas o bifuel, ofrece tarifas que en muchos casos superan los 15.000 euros sin descuentos, una cifra que lo aleja de su imagen inicial de coche barato.

Lo destacable en este caso es que el Sandero ha ganado en calidad, equipamiento y diseño, pero ha perdido parte de su esencia como alternativa puramente económica. Las versiones más equipadas ofrecen sistemas de asistencia a la conducción, climatización automática, conectividad avanzada y un confort de marcha superior al de generaciones anteriores. Sin embargo, todo ello repercute directamente en el precio, que lo sitúa en una franja donde ya compite con utilitarios generalistas de marcas con mayor tradición en ese segmento.
Cambio de rol dentro de la gama Dacia
Este desplazamiento convierte al Sandero en una opción intermedia dentro del catálogo de Dacia, por encima del Spring pero sin llegar al enfoque familiar del Jogger o al perfil SUV del Duster. Ya no es el coche más barato, sino el que ofrece más dentro de lo básico. Cabe destacar que esta evolución ha sido coherente con la estrategia de la marca, que ha buscado mejorar la percepción de sus productos sin abandonar por completo su filosofía de relación calidad-precio.
Por todo ello, el Sandero ya no representa el extremo más económico del mercado. Ahora es un coche más completo, más maduro, y también más caro. Una transformación que, si bien refuerza su posición comercial, también lo aleja del arquetipo de coche esencial que lo vio nacer.