“Es muy malo”. Bartomeu se siente engañado (y en el Barça ya no saben como taparlo)
-
Ter Stegen y Messi rescatan al Barça en Praga: el resumen
-
Luis Suárez, bajo amenaza de suspensión
-
Arturo Vidal tiene pretendientes en Italia, pero Messi no quiere que se vaya
En el Barça había grandes esperanzas puestas en Arthur Melo. El brasileño llegó el pasado verano como una apuesta de presente y de futuro, y poco tardó en meterse a la afición en el bolsillo. Su visión de juego y su capacidad asociativa, además de su calidad, sorprendieron a todos, y rápidamente se convirtió en titular. Tenía ADN culé y ya le colocaban como heredero de Xavi Hernández.
Sin embargo, no acabó bien la temporada, y fue suplente en los partidos decisivos, en favor de Arturo Vidal. Algo que muchos veían lógico, pues físicamente aún no estaba preparado y tan solo llevaba unos meses en el Camp Nou. Pero esperaban que este curso, al lado de Frenkie de Jong, se asentara y se convirtiera en indiscutible, mostrando su mejor versión.
Algo que solo ha logrado en algunos tramos de algunos encuentros. Pero lo cierto es que, en choques como el de anoche, ante el Slavia de Praga, pasó completamente de puntillas. Cuando no dominan el encuentro, el ex de Gremio, por el que pagaron 40 millones de euros, sufre lo indecible. Y, lejos de marcar las diferencias, se esconde y no se arriesga.
A Arthur apenas se le recuerdan un par de pases fáciles, y constantemente retrasa el esférico a la defensa. Muchos ya le consideran un fraude, y no le ven con la regularidad y la actitud necesaria como para llegar a liderar el centro del campo la próxima década. La prensa no ha dudado en cargar contra él y exigirle que dé un paso adelante. Para eso fue contratado.
Necesitan a un cerebro en condiciones.
La competencia es máxima
Y, si el ‘8’ no espabila pronto, puede verse adelantado. Porque en el banquillo están esperando su oportunidad Ivan Rakitic y el ya mencionado Vidal. Quizás no tengan sus habilidades, pero sí mucha más experiencia.
Tanto el croata como el ex del Bayern de Múnich están muy disgustados con su situación y piden una oportunidad. Y, con las ganas y la veteranía que tienen, no la dejarían escapar.
Más vale que Arthur se ponga las pilas…