Beñat gobernó, Sola batalló y Balenziaga cumplió
Tres de los fichajes de la era Valverde se estrenaron en el verde del José Zorrilla en el primer once de la temporada. Beñat Etxebarria fue el más entonado, gobernando el centro del campo. Kike Sola se batió el cobre y merodeó el gol, y Balenziaga se preocupó más en tapar su zona que en prodigarse, como acostumbra, en ataque.
El internacional Beñat asumió su rol de organizador del equipo, de saber meter la velocidad adecuada en cada momento y de oxigenar la zona media. Se entendió a la perfección con Iturraspe, que le escoltaba unos metros por detrás, y con Ander Herrera, que enseñó su mágia con más libertad de movimientos. El ex bético estuvo muy suelto y afanado en lanzar todos los balones de estrategia.
Kike Sola fue un verdadero incordio para la zaga del Valladolid. Pegajoso y correoso, no dejó de molestar la salida del balón y buscaba todos los balones sueltos en las inmediaciones del área. De cara a puerta estuvo más remiso, con un lanzamiento desviado, un cabezazo a centro desde la derecha de Iraola y otro chut en un contragolpe que Mariño resolvió sin problemas. El navarro quiso reivindicarse por la competencia de Toquero y ante el levantamiento del castigo de Aduriz, de cara al derbi en Anoeta ante su ex equipo. Por su complexión atlética necesita más rodaje para ofrecer su mejor versión.
Mikel Balenziaga estuvo algo nervioso al principio, quizás por su retorno a Zorrilla y por su tercer estreno en el Athletic. Guardó su zona con recelo ante la velocidad blanquivioleta y le costó sumarse al ataque. Ya en el último tercio del partido se animó a remontar la banda izquierda y demostró su potencia y calidad con el balón en los pies. El de Zumarraga va a ir adquiriendo esta confianza que le hace propietario del carril del 3, tan vapuleado en el último lustro en Bilbao.