El fichaje de Neymar se convierte en la partida de póker del verano
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Comenzaba oficialmente el verano, el 21 de junio, repartiendo las primeras cartas de lo que iba ser un duelo de faroles y all-ins en la lucha por conseguir hacerse con los servicios de Neymar Jr. La prensa madrileña se hacía eco de una foto de Benzema con Neymar y, claro, se empezaron a encender unos fuegos que algunos se esforzaban en apagar. En su turno, el FC Barcelona (según el diario brasileño A Tarde) empezaba imponiendo las ya famosas tres condiciones para el retorno del astro brasileño: reducir su salario, perdonar una deuda pendiente de 26 millones de euros y reconocer públicamente su salida del club como una equivocación.
ARRANCA EL JUEGO POR NEYMAR
El fichaje de Neymar empezaba a parecerse más a una partida de Texas Hold'em, una variante de póker descubierto muy popular por internet a la que el jugador brasileño suele jugar en su tiempo libre, que al tradicional cerrado de cinco cartas. Con las declaraciones del jugador reconociendo su querencia por el club blaugrana, los naipes a la vista apuntaban a que el Barcelona iba fuerte en la mano, pero la clave de las partidas se encuentra siempre en las cartas tapadas de cada uno de los jugadores implicados.
El problema es que aquí los rostros de los participantes no siempre se pueden ocultar tras una pantalla, algo que sí se puede en las partidas virtuales de páginas como, por ejemplo, 888 Poker Online, y el lenguaje corporal a veces ofrece más información de la que querrían las partes implicadas. Bartomeu seguía sin ser capaz de ocultar su interés por Neymar y esto pasaba factura en el momento de negociar las cifras de su posible salida del PSG.
De la nada surgían aspirantes a ocupar un lugar en la mesa de juego: The Independent anunciaba una posible oferta por parte del PSG al Manchester United que pasaría por intercambiar al brasileño por Pogba. La actualidad le pasó por encima cuando el diario Sport anunciaba apenas unos días después, el 25 de junio, que ya había un principio de acuerdo entre el Barça y el futbolista, que pasaría por volver a cobrar su sueldo anterior (24 millones de euros); el problema para su fichaje pasaba por los 300 millones de euros que pedía el PSG por su estrella.
PRIMERAS MANOS Y PRIMEROS FAROLES
Comenzaban así las cábalas sobre las opciones del equipo culé para rebajar su precio. Mundo Deportivo, siguiendo una noticia del diario alemán Bild, apostaba por un acuerdo que incluiría a Dembélé en calidad de cedido con opción de compra, y en el que se barajaban los traspasos de Rakitic y Coutinho, jugadores del gusto del PSG.
Por si esta oferta no fuese suficiente combustible, el 28 de junio salía publicada una información en Le Parisien en la que se desvelaba que Leonardo, director técnico del PSG, había rebajado el precio de Neymar hasta los 222 millones de euros, la cantidad pagada por el club francés al Barcelona en el momento de su fichaje.
L’Équipe salía al ruedo con la cara de Neymar en portada y el titular “El gran farol” (Le Grand Bluff) en letras grandes y descartaban que el futbolista no se fuese a reincorporar a la disciplina del PSG tras las vacaciones, como habían apuntado varios diarios brasileños que hablaban ya de un viaje directo a Barcelona sin pasar por París, aunque también afirmaba que esto no era motivo para concluir que no saldría de la escuadra parisina. Horas después, Neymar y Messi se cruzaban en un túnel de vestuarios en Belo Horizonte (Brasil) y volvían a dispararse los rumores.
CON CARA DE PÓKER
Bartomeu tenía que volver a sacar su mejor cara de póker para explicar en rueda de prensa que la dimisión de Jordi Mestre, una de las voces más críticas con la llegada del brasileño, “nada tenía que ver con Neymar”, para luego apostillar que “Neymar quiere irse, pero sabemos que el PSG no quiere que se vaya”. Salió al paso de las voces que apuntaban a la entrada de Dembélé en las negociaciones al afirmar que él lo considera mejor jugador que Neymar, para luego recalcar que tiene mucho que ofrecer y que quiere que lo haga en el Barça.
Las tensiones futbolista-club sufrieron una escalada el lunes 8 de julio con la ausencia de Neymar en la incorporación a la disciplina del equipo. El PSG sostenía que no se había presentado a la hora y lugar acordado y que lo había hecho sin autorización, mientras que la familia insistía en que se debía a un compromiso con la fundación del brasileño, del que habían avisado hacía un año y ponían fecha del retorno del astro: el 15 de julio. Frente a estas declaraciones el París Saint-Germain, anunciaba una sanción económica de 12.000€ diarios por su retraso.
SE RELAJAN LAS APUESTAS
Con el ambiente así de caldeado, el Barcelona optó por una estrategia más pasiva. Volvieron así a surgir las informaciones que apuntaban a que la mejor mano la tenía el Madrid, después de que el plante de “trueque o nada” de Bartomeu no llegase a buen puerto. Apenas un día después, el propio club desmentía este interés y se afirmaba haber abandonado la mesa del brasileño para pasar a la del francés Mbappé.
La prensa europea seguía lanzando salvas: Bild destacaba una presunta oferta en la que se pretendería rebajar la cuantía de la transferencia con el traspaso de tres de los siguientes cuatro jugadores, a elección del PSG: Dembélé, Coutinho, Semedo y Umtiti. Las redes sociales tampoco ayudaban a apaciguar las aguas en Francia, y un vídeo subido por Neymar a su instagram, en el que aparecía con una camiseta del Barça, caldeaba todavía más el ambiente con la directiva y la afición. Por si no fuera suficiente, pocos días después declaraba que "su mejor momento futbolístico fue el 6-1 del Barcelona contra el PSG".
PRIMEROS CARA A CARA
El 15 de julio, Leonardo y Neymar se reunieron nada más producirse la llegada del futbolista brasileño a la concentración del PSG. Le comunicó las sanciones correspondientes por su retraso y le recordó el compromiso que firmó con el equipo. La prensa catalana hablaba entonces de una oferta que incluiría a Coutinho, Dembélé y 40 millones de euros, mientras que el propio Leonardo aseguraba que no había llegado ninguna oferta concreta.
Llegó entonces el viaje a China, para participar en la gira asiática con sus compañeros, pero alejado de los terrenos de juego debido a una recuperación que se hacía de rogar. Tras perderse los primeros amistosos, se confirmaba que no participaría en la pretemporada, ya que le quedaba por cumplir el último de los tres partidos de sanción que le impusieron por pegar a un espectador en mayo y esto le impedía participar en el Trophée Des Champions.
Sport anunciaba un nuevo precio por la operación Neymar: 180 millones de euros, pero sin contemplar la reducción de esta cuantía mediante la inclusión de jugadores. Esto situaba al futbolista fuera de la órbita culé, ya que desde el club azulgrana se aseguraba no contar con esa suma en caja. Aun así, llegaban los anuncios de una tregua entre equipo y jugador. Mundo Deportivo informaba que el momento clave de la negociación llegaría el 16 de agosto, aprovechando la reunión de la ECA en Liverpool. Según MD, con Josep María Bartomeu presente para negociar cara a cara con los responsables del equipo parisino.
SE REABREN LOS FRENTES POR NEYMAR
Esta pretendida calma duró poco y Sport salía a los kioscos con un “Es la guerra” en el titular de su portada. Según el diario deportivo catalán, la relación de Neymar y Leonardo había llegado a un punto en el que ya ni se saludaban. Para añadir más leña al fuego, se creó una polémica durante la celebración del título de la Supercopa de Francia, cuando Mbappé pareció empujar al brasileño fuera de la foto de equipo.
Con el PSG poco dispuesto a rebajar el montante económico del traspaso del jugador, el último de los naipes que se ha puesto sobre la mesa es el de la cesión. Sport añadía esta a las fórmulas que se barajan para la salida del futbolista para que Barcelona y PSG rebajen la crispación y desbloqueen las negociaciones. Aseguraban también que a Neymar no le importaba tensar la cuerda para volver al club blaugrana, incluso en calidad de cedido. Agosto fue un mes muy caliente en el mercado de fichajes, y finalmente se conoció al ganador de una partida de póker que parecía no tener fin. No fue el Barcelona, y tampoco Neymar.