Gerard Farrés: "Soy nervioso, casi 'anti Dakar'; me ayuda la relajación"
Óscar Maya Belchi
Madrid, 23 ene .- Gerard Farrés (Manresa, Barcelona, 1979) pondera, en una entrevista en EFE, el valor de la psicología para competir en el Dakar. El español asegura ser "nervioso, casi 'antiDakar'", pero que los ejercicios de yoga y relajación le ayudan a controlar la respiración y estar concentrado.
Farrés debutó este año en la categoría 'side by side', con Can-AM, tras acumular 11 participaciones en motos; y finalizó en segunda posición, formando pareja con su copiloto Dani Oliveras, un "matrimonio" que, como aseguró en su visita a la Agencia EFE, "salió bien" y que para la siguiente edición se propone el objetivo de ganar.
Pregunta: ¿Cómo ha sido el paso de la moto al 'buggy'?
Respuesta: El cambio de ir solo a ir con un copiloto al lado ha sido muy importante. Ahora, con Dani Oliveras, somos un matrimonio y me he tenido que adaptar. Luego, pasar de las dos a las cuatro ruedas, que pensaba que sería más fácil, porque vas más seguro; pero he visto que necesitas una concentración increíble, porque un pequeño detalle de no ver una duna, saltarla o coger una piedra se te rompe el coche y te quedas fuera.
Hay un gran trabajo a nivel mental y me he dado cuenta de que el corazón también palpa, no es tan relajado como pensaba.
P: Un matrimonio que ha salido bastante bien, ¿no?
R: Estoy muy contento. Si me hubiesen dicho si firmaba un segundo hubiese dicho que sí. Una vez ahí, sabiendo que podíamos haber ganado, no estás del todo contento. Con Dani creo que lo hemos hecho muy bien, aunque lógicamente se puede mejorar.
P: Entonces para mejorarlo sólo queda ganar.
R: Sí, seguro. Este año aún sin saber bien dónde íbamos a estar ya dije que nuestro objetivo era ganar, y casi lo conseguimos. Para el próximo Dakar nuestro objetivo será el mismo, sabiendo que es una categoría que está creciendo y que cada vez hay más rivales que quieren ganar. Pero trabajando bien todo el año tendremos nuestras opciones.
P: ¿Cómo es esta nueva categoría 'side by side'?
R: Son unos coches que pesan unos 1000 kilogramos, mucho menos que los coches. Tienen 200 caballos y esta relación entre el peso y la potencia hace que tengan una aceleración increíble, incluso mejor que la de un coche. Pero de 100 a 130 km/h van muy limitados y no se puede pasar este límite (130). Por esto, en las zonas de dunas hemos ido muy rápido.
Aunque yo creo que tampoco es bueno compararlos, esto son 'buggies' y lo otro son coches. Sí que es verdad que esta categoría no es tan cara como un coche y creo que es una categoría en la que se puede aprender y crecer para algún día poder llegar a los coches.
P: Entonces, en el Dakar no importa tanto la velocidad máxima...
R: Exacto. En el Dakar la velocidad de 0 a 100 es clave. Estás leyendo un papel que te dice por donde tienes que ir, que no has ido nunca, por lo tanto no vas siempre a fondo. La aceleración es muy importante para subir las dunas, por ejemplo. Pero sobre todo una de las cosas más importante es la fiabilidad de estos 'buggys', que no es tan buena como la de los coches, y tenemos que aprender a ir despacio para cuidarlos; y a veces lo más difícil es ir despacio.
P: ¿Cómo le ayudaron sus 11 participaciones en moto para adaptarse a esta nueva categoría?
R: Los pilotos de motos tenemos un plus cuando nos subimos a un coche porque te dan unas cualidades que puedes traspasar al coche, como la vista para poder ver e interpretar lo que hay en el camino. Seguramente, estoy a años luz del nivel técnico de los pilotos de coches, pero el poder intuir cómo serán las dunas estoy seguro que me ha ayudado mucho.
P: Imagino que el cuerpo le pedía tumbar un poco cuando iba en el 'buggy', después de tantos años en moto.
R: Es increíble, porque a veces llegas pasado a un bache y tiras del volante como si fuera una moto y no se mueve claro (ríe); pero sin querer lo haces.
P: Una de las imágenes que nos ha dejado este Dakar es el momento en el que Cristina Gutiérrez os ayudó a volver a carrera.
R: En ese momento pasamos de liderar, haciendo una carrera perfecta, a que se nos escaparse la carrera.
Fue un fallo mío, al bajar la duna; y volcamos. Dar la vuelta a un 'buggy' es relativamente fácil; Dani y yo tiramos, le conseguimos dar la vuelta y en cinco minutos ya estábamos para volver, pero el problema es que nos quedamos enganchados. Un camión y un coche intentaron remolcarnos, pero se rompían. Al cabo de dos horas llegó Cristina y no dudó ni un momento en remolcarnos con una cuerda que tenía como de un barco, más resistente. Ella perdió tiempo en ayudarnos y por mi parte siempre se lo agradeceré.
P: ¿Qué sintió en este momento?
R: Intentas no pensar que lo estabas perdiendo todo y buscar soluciones, porque si no, hay un momento en el que la cabeza se vuelve loca.
P: Un contratiempo que les hizo perder las opciones de ganar en su categoría, aunque ganó un buen amigo suyo, Francisco López Contardo 'Chaleco'.
R: Tengo una gran relación con él, porque yo le hice de mochilero a él después de a Marc Coma. Él perdió un día 40 minutos y vino y me dijo que había perdido la carrera y me deseó lo mejor porque yo iba primero. Pero, de repente, todo cambió, porque yo perdí las dos horas y me acerqué a desearle lo mejor. Recuerdo que en la última etapa nos separaban 40 minutos y pensaba en que no le pasase nada, no en que se le rompiera el 'buggy' para ganar yo.
P: Me han dicho que es usted un poco especial con la comida. ¿Es cierto?
R: Hace unos años que con el nutricionista miramos muy finamente esto, ya no solamente por estar en el peso óptimo, si no por estar a gusto. Intento llevarme toda la comida que pueda al Dakar. Tengo una anécdota muy divertida. Un día que le preparé un bocata de jamón pata negra con aceite a un estadounidense; y una hora después me pidió por favor que le enviase el jamón para su país, porque nunca había probado algo así.
Anécdota aparte, tienes que hacer muchas comidas a lo largo del Dakar y al ser una carrera tan dura es importante poder llevarte algunas cosas que te gusten para comer bien.
P: ¿Tiene algo especial que lleve siempre al Dakar?
R: Tengo un brazalete que me dio mi hermana, que a ella se lo dio un africano y que le dijo que le daría mucha suerte. Ella me lo regaló y lo llevo desde mi primer Dakar en 2006 en África; es como una riñonera vieja que he llevado en todos los Dakar en los que he participado. Para mí es muy importante poder llevarlo y seguro que me da mucha suerte.
P: ¿De dónde viene el mote de 'jabalí del desierto'?
R: Esto fue porque dos meses antes de mi primer Dakar me rompí los cruzados anteriores, posteriores, laterales y menisco de la rodilla; y me tenía que operar y no ir al Dakar. Así que decidí no operarme; lo hablé con el médico y me dijo que era una locura, pero que descansase dos meses y que los ligamentos laterales se iban a curar; y que el resto dependía de mis ganas.
Recuerdo que aguanté como pude y que me caía por el lado que no me dolía y que me provocó un hematoma enorme. Pero aguantar este sufrimiento hizo que me llamaran 'el jabalí' y también porque soy de pueblo y en la montaña hay muchos jabalís.
P: Un mote que define muy bien su forma de vida.
R: Yo tengo un lema que es 'la victoria es superarse' e intento esto en la vida. Al final podemos ganar o perder, pero hay que tener objetivos más reales, a veces; y el hecho de superarte podría ser en la técnica, en el físico, en la comida... detalles que te hacen estar motivado en el día a día y los que te ayudan a estar concentrado.
P: Usted sobre todo se centra mucho en el aspecto psicológico, ¿no?.
R: El mundo de la psicología no me deja de sorprender. Sin los psicólogos no hubiera llegado hasta aquí, de eso estoy seguro. Hoy en día necesitas de estas personas que te ayudan. Ya no es el tema de la competición, sino tu vida fuera de ella que podemos tener problemas en cualquier sitio. Se trata de organizar tu vida fuera y dentro. Recuerdo que los psicólogos te dicen que te vas a perder, que se va a romper la moto, que te vas a hacer daño... y en estas situaciones límite, en las que no tienes una rutina de saber qué hacer en cada momento, te podrías volver loco.
También me ayuda mucho la relajación. Yo soy una persona muy nerviosa, casi 'anti Dakar'. Yo admiro mucho a las mujeres que compiten en el 'Dakar' porque piensan muy bien, si tienen sed beben y si tiene hambre comen, pero el hombre en vez de esto no se para y tira hacia delante hasta que se muere.
En mi caso, que soy muy nervioso, necesito paz dentro de mí y ésta me la ha dado la psicología, haciendo yoga y relajación, que me ayudan a estar concentrado.
P: ¿Tiene algún ritual para relajarse antes de competir?
R: Antes de cada etapa y cada noche hago mis frases y me centro en mi respiración. Sentir la respiración, cómo entra y sale el aire es buenísimo; e intento dedicar unos minutos cada día para sentir esta paz dentro de mí; incluso cuando estoy en momentos tensos en mitad de la carrera.
El Dakar es una carrera en la que la concentración se puede perder y es muy importante estar concentrado.