Si tienes un motor turbo y paras el coche de golpe te arriesgas a una avería de 1.000 euros
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El fallo que puede derivar en una visita al taller
Es más que evidente que la inmensa mayoría de conductores en nuestro país que tienen un coche no tienen precisamente muchos conocimientos de mecánica. Es por eso que, al más mínimo problema que aparece en su vehículo, acuden al taller para que sea un profesional el que lo solucione.
También es cierto que hay muchos problemas mecánicos que son fruto del uso y del paso de los años y de los kilómetros, por lo que tipo de conducción que se lleve a cabo tampoco tiene mucho que ver con ellos. Eso sí, hay algunas pequeñas acciones que podemos llevar a cabo con nuestro coche para ayudar a prolongar la vida útil de ciertos componentes del motor como es el caso del turbo.
No apagar de golpe el motor ayuda a alargar la vida útil del turbo
Una de ellas es una que ya muchos conductores ponen en práctica. Y es que, sobre todo cuando hemos llegado a nuestro destino después de un largo recorrido a altas velocidades, lo mejor que se puede hacer es no apagar el motor justo cuando hemos llegado, sino dejar reposarlo un rato al ralentí.
Y es que cuando circulamos a alta velocidad el turbo llega a superar los 300ºC son ningún tipo de problema en los motores diésel, mientras que la temperatura se puede elevar hasta los 500ºC en los motores de gasolina.
Es por eso que, si justo tras un largo viaje con las temperaturas del turbo tan altas apagamos de repente el motor, el aceite que queda acumulado en él tenderá a carbonizarse, provocando que el turbo se averíe. Una avería que, en el peor de los casos, puede llegar a provocar un gasto de unos 1.000 euros en el taller.
Lo mejor en este caso, entre otras cosas porque es una operación muy sencilla, es, una vez hemos llegado a nuestro destino, no apagar el motor, sino dejarlo en punto muerto al ralentí al menos unos dos o tres minutos para que la temperatura vaya bajando poco a poco y así evitemos futuros problemas con el motor.
