La icónica marca Lancia atraviesa una crisis que pone en duda su viabilidad a largo plazo. Lo que en un principio parecía un renacimiento prometedor, impulsado por Carlos Tavares y el grupo Stellantis, ha resultado ser un plan lleno de dificultades. Las ventas han caído en picado y, pese a los intentos por modernizar la firma, los números indican que algo no está funcionando.
Las cifras no mienten: en los dos primeros meses de 2025, Lancia ha vendido apenas 2.208 unidades, una caída del 73 % respecto al mismo periodo de 2024, cuando se registraron 8.098 matriculaciones. Esto es especialmente preocupante porque, a diferencia del año pasado, Lancia ya no está limitada a Italia, sino que ha expandido su mercado a otros países europeos. Aun así, las ventas no han despegado. Salir de su zona de confort no ha sido buena idea.
Medios como motor.es señalan que uno de los problemas más señalados es el diseño del nuevo Ypsilon. Muchos expertos critican que el modelo se parece demasiado a otros vehículos del grupo Stellantis, como el Peugeot 2008 y el Opel Corsa. Si bien compartir plataformas es una estrategia lógica para reducir costos, en este caso parece haber perjudicado la identidad de la marca, haciendo que el Ypsilon pierda atractivo frente a sus rivales. No parece que sea buena idea lanzar un producto muy parecido a otros consolidados en el mercado y que, a diferencia de Lancia, ofrecen muchas más garantías.
Otro punto clave apuntado por el medio mencionado es el precio. La versión de gasolina parte de los 23.000 euros, una cifra difícil de justificar si el coche no ofrece un diseño realmente diferenciador. La situación es aún más complicada con la versión eléctrica, que en España supera los 30.000 euros y en Italia alcanza los 35.000 euros. En mercados donde la electrificación avanza con dificultad, esta estrategia de precios puede estar condenando al modelo al fracaso.
La historia de Lancia es legendaria, pero la realidad actual es preocupante. La marca tiene previsto lanzar un crossover híbrido y eléctrico en 2026 y, más adelante, una nueva generación del Lancia Delta en 2028, que será exclusivamente eléctrico. Pero si la estrategia comercial no cambia con los futuros lanzamientos, la firma podría enfrentarse a un destino fatal.