Este BMW X1 es el más barato, sí, pero tiene un problema que debes conocer

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El BMW X1 no deja nada que desear, excepto en un detalle
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Diseño, equipamiento, espacio interior y un precio razonable, pero con algo que tira para atrás a muchos compradores
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El familiar deportivo definitivo lo tiene BMW, pero pocos podran pagarlo y solo habrá 50 unidades para España
La primera impresión engaña. Parece un SUV compacto más, pero el BMW X1 de acceso arranca en nada menos que 46.500 euros. Y, aunque ofrece mucho, guarda una carencia difícil de pasar por alto.
En tamaño cumple con creces: 4,50 metros de largo, 1,64 de alto y 1,84 de ancho. La batalla roza los 2,70 metros y el maletero parte de 540 litros, ampliables hasta 1.600. Un coche pensado para viajar cómodo, con espacio real para familia y equipaje.

Excelente en todos los sentidos… o casi
Pero hablemos de lo que mueve a este X1. Hay dos motores. El sDrive18i, gasolina tricilíndrico de 136 CV, acelera de 0 a 100 en 9,2 segundos. El otro es el sDrive18d, un diésel de 150 CV que recorta a 8,9 segundos. Ambos recurren al cambio Steptronic de 7 marchas y a la tracción delantera. El consumo: entre 5 y 6,5 litros. Correcto, pero sin brillo.
El equipamiento sorprende más. Trae de serie dos pantallas digitales (10,25 y 10,7”), el Live Cockpit Plus, conexión con Apple CarPlay y Android Auto, además de climatizador bizona inteligente y volante deportivo de cuero. Muy BMW, muy tecnológico.
La parte de seguridad también cumple. Control de crucero adaptativo, avisos de colisión, asistente de aparcamiento y hasta un sistema de marcha atrás automático. El sensor de lluvia enciende las luces sin que el conductor lo piense. Nada que reprochar en este aspecto.

El detalle a tener en cuenta de este BMW X1
Entonces, ¿cuál es el problema? Sencillo: no está electrificado. No hablamos de híbrido enchufable ni eléctrico puro, sino de que ni siquiera incorpora la mínima tecnología mild hybrid. Y en 2025, eso ya suena a atraso.
El resultado es claro: un SUV atractivo, muy equipado y espacioso, pero con un talón de Aquiles enorme. El cliente que lo compre se lleva un BMW de verdad, sí, pero también un coche que parece haberse quedado un paso atrás frente a la competencia electrificada.