Para algunos es uno de los modelos menos bonitos de Citroën, para otros una oportunidad a precio reventado

El Citroën C5 X es uno de los modelos más peculiares dentro del catálogo actual de la marca francesa. Su estética poco convencional, a medio camino entre una berlina, un SUV y un familiar, lo convierte en un vehículo difícil de clasificar. Con una longitud cercana a los 4,80 metros y una línea de techo descendente, su silueta rompe con los cánones habituales del segmento, algo que para algunos supone un rechazo estético y, para otros, un rasgo distintivo.

Más allá de su diseño discutido, el C5 X destaca por su enfoque orientado al confort. La suspensión con topes hidráulicos progresivos y el buen aislamiento acústico ofrecen una experiencia de conducción suave y silenciosa, especialmente en carretera. El habitáculo, amplio y bien aprovechado, permite viajar con comodidad, mientras que el maletero con portón posterior aporta una practicidad propia de los familiares. En este sentido, su planteamiento prioriza claramente el bienestar a bordo frente a cualquier intención deportiva.

La oferta mecánica es limitada: solo motorizaciones gasolina o híbridas enchufables, siempre con tracción delantera y cambio automático. Las versiones de entrada pueden quedarse algo cortas en respuesta, sobre todo teniendo en cuenta las dimensiones y el peso del conjunto. Aun así, su comportamiento es predecible, seguro y equilibrado en uso cotidiano.

Precio rebajado y enfoque racional de Citroën

Lo destacable en este caso es que el Citroën C5 X puede encontrarse con importantes rebajas respecto a su precio oficial. Las versiones de acceso, cuyo PVP supera los 40.000 euros, se están ofreciendo con descuentos que sitúan su precio final en el entorno de los 30.000 euros, una diferencia sustancial que lo convierte en una alternativa muy competitiva frente a rivales más tradicionales.

Esta diferencia de precio es clave para entender el interés que está generando el modelo. Frente a un mercado donde muchas berlinas han desaparecido o se han encarecido, el C5 X aparece como una propuesta accesible, bien equipada y con un planteamiento familiar claro. Por otro lado, su estética poco convencional actúa como filtro natural: quienes conectan con su diseño encuentran un producto distintivo a buen precio.

Por todo ello, el Citroën C5 X se revela como una oportunidad sensata para quienes valoran el confort, el espacio y un enfoque racional por encima de las tendencias estéticas del momento.