No es un Rolls-Royce, pero este SUV chino es una copia casi idéntica

-
Un Rolls-Royce Cullinan chino se prepara para llegar a Europa
-
Esta innovación de Omoda te va a dejar con la boca abierta
La industria del automóvil vive una paradoja. Mientras los fabricantes chinos ganan prestigio con diseños propios y propuestas tecnológicas de vanguardia, todavía surgen casos que recuerdan a otra época. El último ejemplo es el nuevo SUV de lujo de Dreame, un modelo que ha levantado polémica por su parecido casi idéntico con el Rolls-Royce Cullinan.
A simple vista es difícil distinguirlos. La parrilla delantera es un calco, las puertas traseras se abren de manera inversa como en el SUV británico y la silueta lateral transmite la misma presencia imponente. Incluso en la parte trasera, los grupos ópticos repiten casi al milímetro el lenguaje de diseño de Rolls-Royce. El debate está servido: ¿homenaje o copia descarada?

El Rolls-Royce Cullinan chino se prepara para llegar a Europa
Lo curioso es que la compañía responsable no viene del motor. Dreame es un gigante tecnológico chino conocido por fabricar aspiradoras y electrodomésticos inteligentes. Ahora quiere dar el salto al sector premium de los coches eléctricos, siguiendo el camino de Xiaomi o Huawei, que también han apostado por la movilidad eléctrica.
El proyecto no se queda en un simple concepto. El SUV llegará al mercado en 2027 y promete un arsenal técnico. Contará con cuatro motores eléctricos, uno en cada rueda, y un pack de baterías CTP 4.0 de 100 kWh. Además, ofrecerá una versión con extensor de autonomía, algo cada vez menos habitual en el segmento premium.

Un hotel de gran lujo sobre ruedas
Por dentro, las cifras sorprenden. Su batalla de 3,20 metros permitirá ofrecer un espacio trasero de auténtica limusina, con asientos tipo capitán reclinables hasta 145 grados y más de un metro de espacio para las piernas. Todo acompañado por una suspensión adaptativa controlada por sensores LiDAR e inteligencia artificial.
La marca ha dejado claro que su ambición es global. Ya trabaja en una planta en Berlín junto al banco BNP Paribas para producir sus coches en Europa. Con la filial Starry Automotive se centrará en SUVs de lujo, mientras que con la marca Dreame se dirigirá al mercado de los superdeportivos eléctricos.
La gran pregunta es si un coche tan inspirado en un Rolls-Royce puede ganarse el respeto en Occidente. Tal vez la tecnología impresione, pero el diseño genera dudas. Una copia casi literal que, aunque cueste mucho menos, tendrá que demostrar que es algo más que una sombra del original.