El Toyota Land Cruiser mini tiene un problema
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Toyota ha revelado oficialmente el nuevo Land Cruiser FJ, un todoterreno compacto que recupera el espíritu más aventurero de la marca en un formato reducido. Con una longitud de 4,57 metros, 270 milímetros por debajo del Land Cruiser grande, este nuevo modelo rompe con la escala habitual de la saga, pero mantiene intacta su identidad estética y funcional. El diseño es deliberadamente robusto, con líneas rectas, proporciones cuadradas y soluciones como paragolpes desmontables o paneles MOLLE para transporte de accesorios, lo que refuerza su vocación 4×4.
Este prototipo, por ahora confirmado únicamente para el mercado japonés en 2026, estará impulsado por un motor de gasolina atmosférico 2.7 litros (2TR-FE), con 163 CV de potencia y 246 Nm de par. Se combina con una transmisión automática de seis marchas y tracción total permanente. Por el momento, no hay versiones electrificadas anunciadas ni previsiones concretas de expansión global, aunque su enfoque y diseño podrían hacerlo especialmente atractivo en mercados con tradición todoterreno.
En este sentido, lo destacable en este caso es que el Land Cruiser FJ no se limita a ser una versión de acceso o una reinterpretación nostálgica: plantea una propuesta coherente y completa que podría alterar el equilibrio interno de la gama. La combinación de una estética fiel al ADN Land Cruiser, tamaño más manejable y un posicionamiento más económico podría hacer sombra al modelo principal de la familia.
Una amenaza interna para el Land Cruiser tradicional
La introducción de este modelo compacto plantea un posible conflicto de identidad dentro de la propia gama Land Cruiser. Mientras que el modelo grande mantiene su estatus como referente de capacidades extremas y prestancia todoterreno, el FJ ofrece una alternativa más accesible que, sin comprometer demasiado en imagen o capacidades básicas, podría captar una parte significativa del público objetivo.
Por otro lado, llama especialmente la atención que Toyota haya apostado por un diseño tan fiel al legado original, lo que refuerza su atractivo como producto emocional y utilitario. El riesgo está en que esa fidelidad visual y conceptual revalorice el nuevo modelo frente al veterano Land Cruiser de gran tamaño, cuya posición podría quedar debilitada si el FJ se convierte en un éxito comercial.
Por todo ello, el FJ representa tanto una oportunidad estratégica como un posible punto de fricción interna en la gama. Su impacto dependerá del equilibrio entre tradición, posicionamiento y demanda.
Hola. Interesante punto de vista. Sin embargo en mi país, Colombia, el mercado de las 4x4 tiene una restricción importante para el consumidor y es el precio, particularmente de las Toyota. Una LC 79 nueva ronda los 120.000 dólares, de tal modo que no es un vehículo facil de adquirir sino para unos pocos. Creo que la apuesta de Toyota por un 4x4 más asequible es correcta, ya que ampliará la base de sus clientes. Saludos