DS está contra las cuerdas, le cortan las alas y dos modelos han sido cancelados
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Dos modelos clave desaparecen de la agenda
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Stellantis tiene un nuevo rival,y llega desde Italia para plantar cara al AMI
DS Automobiles, la firma premium del grupo Stellantis, ha sufrido un importante revés estratégico con la cancelación de dos modelos clave que iban a marcar su hoja de ruta para la segunda mitad de la década. Se trata de los proyectos conocidos internamente como N°3 y N°4, dos vehículos que aspiraban a ampliar la oferta de la marca en el mercado europeo, especialmente en el ámbito compacto eléctrico y en el segmento medio.
El modelo N°3, previsto inicialmente para 2028, iba a posicionarse como un crossover compacto 100% eléctrico, destinado a rivalizar con propuestas de firmas como BMW o Mercedes en el acceso al segmento premium. Por su parte, el N°4, programado para 2029, apuntaba a ser el sucesor del actual DS 4, sobre una base compartida con otros modelos del grupo, incluyendo Opel y Peugeot. Ambos proyectos han sido desestimados de forma definitiva, lo que obliga a replantear el papel de DS dentro del conglomerado.
Lo destacable en este caso es que Stellantis ha decidido reorientar la estrategia de DS hacia segmentos superiores, concretamente los C+ y D, con un enfoque más exclusivo y menos dependiente del volumen. Esta decisión responde a una lógica interna centrada en la rentabilidad, priorizando productos de mayor margen frente a una gama extensa que requería más inversiones en plataformas y desarrollo.
Cambio de rumbo de DS hacia lo exclusivo
La anulación de estos modelos implica un giro profundo en la filosofía de producto de DS, que ahora se centrará en vehículos más grandes, sofisticados y con mayor carga tecnológica. Esta redefinición del posicionamiento busca reforzar la identidad premium de la marca, aunque a costa de reducir su presencia en franjas del mercado más dinámicas.
Por otro lado, esta estrategia también plantea riesgos. Al abandonar el desarrollo de modelos compactos y de volumen controlado, DS pierde oportunidades de consolidarse como alternativa a las marcas generalistas de gama alta. Además, deja sin sucesor directo al DS 4, uno de los pilares actuales de su gama. Por todo ello, el futuro inmediato de la marca queda condicionado por su capacidad para competir en un terreno donde las exigencias de producto y marca son considerablemente más altas.