BMW pasa la tijera en el Serie 3
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Era cuestión de tiempo. BMW ha decidido simplificar su gama deportiva y aplicar un cambio importante en el Serie 3 y en el resto de modelos con la letra M. La marca bávara reduce versiones y apuesta por una estrategia más clara, centrada en la eficiencia, la rentabilidad y la transición eléctrica.
Hasta ahora, la gama M contaba con varios niveles de rendimiento. Primero, los modelos M base; después, los Competition, más potentes y con tracción total M xDrive; y, por encima, los exclusivos CS y CSL, ediciones limitadas pensadas para los coleccionistas. Una estructura compleja que exigía altos costes de desarrollo y diferenciación técnica.
BMW reducirá las opciones del M a una sola versión
El BMW M3 era el ejemplo perfecto. En su versión estándar ofrecía 510 CV, mientras que el M3 Competition subía hasta los 530 CV con mejoras en suspensión, estética y comportamiento dinámico. La diferencia de 5.000 euros entre ambos hizo que la mayoría de clientes optara por el Competition, dejando la versión básica en segundo plano.
Frank van Meel, jefe de BMW M, ha confirmado el cambio de rumbo. “Se podría decir que todos los modelos M actuales son un Competition”, declaró durante el Salón del Automóvil de Japón. La frase resume el nuevo enfoque: mantener solo la versión más completa y eliminar duplicidades dentro de la gama.
La marca alemana prepara el terreno para las versiones eléctricas
La decisión también tiene que ver con el futuro eléctrico de BMW. El próximo M3 convivirá en versiones de gasolina y eléctricas, pero sin diferencias en el nombre. No habrá un iM3 ni etiquetas adicionales que separen ambas tecnologías. El objetivo es ofrecer un producto único y reconocible, independientemente de su sistema de propulsión.
Con este ajuste, la marca busca ahorrar costes, simplificar la producción y reducir las emisiones globales de su catálogo. Menos variantes significan menos pruebas, menos homologaciones y un desarrollo más enfocado en la calidad y la eficiencia.