Renault, ahora sí, toma la decisión más difícil con el Megane
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La marca francesa recula
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El segmento C será clave para el futuro de Renault
Renault ha confirmado un cambio profundo en su enfoque hacia el segmento C, concretamente con los modelos Mégane y Scénic. Ambos vehículos, hasta ahora comercializados en versiones 100% eléctricas bajo la denominación E-Tech, adoptarán una nueva plataforma multienergía en su próxima generación. Esta arquitectura permitirá incorporar motorizaciones híbridas enchufables y sistemas de autonomía extendida, abandonando así la exclusividad del eléctrico puro en esta categoría.
La decisión responde a los discretos resultados comerciales obtenidos por los Mégane E-Tech y Scénic E-Tech, que no han alcanzado las expectativas de ventas. Esta situación ha llevado a la marca a reconsiderar su estrategia, apostando por una solución más flexible y adaptada a las demandas actuales del mercado. La nueva plataforma está diseñada para albergar distintos tipos de propulsión sin comprometer el diseño ni la habitabilidad, lo que abre la puerta a una gama más amplia de versiones según mercados y necesidades específicas.
Llama especialmente la atención que el sistema de autonomía extendida previsto para estos modelos funcionará con un motor térmico que no impulsa directamente las ruedas, sino que actúa como generador para alimentar el motor eléctrico. Esta configuración, ya presente en otras marcas del grupo, busca combinar las ventajas del eléctrico con la flexibilidad de repostaje del motor térmico, sin las limitaciones de una autonomía eléctrica reducida.
Plataforma multienergía a partir de 2030
La introducción de esta nueva arquitectura está programada para la próxima generación del Mégane y del Scénic, con una hoja de ruta que apunta a 2030. Este plazo permite a Renault adaptar su cadena de suministro, optimizar costes y evolucionar tecnológicamente sin abandonar su compromiso con la electrificación. Cabe destacar que la marca mantiene su apuesta por el eléctrico en los segmentos inferiores, mientras que para modelos de mayor tamaño considera más eficiente una solución multienergía.
Por todo ello, el Mégane y el Scénic se posicionan como modelos clave en la transición hacia una movilidad más equilibrada, combinando innovación tecnológica con una respuesta pragmática a las condiciones reales del mercado. La apuesta híbrida no solo diversifica la oferta de Renault, sino que también refuerza su competitividad en un segmento donde la electrificación total todavía no ha logrado imponerse con claridad.