La alternativa no tan bonita, pero barata y muy buena, al Mercedes GLC

El mercado de los SUV premium está lleno de opciones atractivas, pero pocas generan un contraste tan claro como el que existe entre el Mercedes GLC y el Volvo XC60. Dos modelos maduros, consolidados y con propuestas diferentes.

Mercedes GLC

El Mercedes GLC es uno de los SUV premium más reconocibles del mercado. Aunque la marca ya ha presentado una nueva generación 100% eléctrica, la versión que sigue a la venta es la anterior, un modelo que todavía mantiene una imagen de prestigio, presencia y una arquitectura claramente Mercedes. Sus líneas, más musculosas y expresivas, siguen transmitiendo poder visual y una sensación de coche sólido. No es el más moderno, pero conserva ese aire distinguido que tantos compradores buscan en un SUV alemán.

En dimensiones, el GLC continúa siendo un coche equilibrado: 4.716 mm de largo, 1.890 mm de ancho y 1.647 mm de alto. Su distancia entre ejes de 2.888 mm le da buena estabilidad y un interior amplio. En el maletero ofrece 470 litros, una cifra correcta, aunque no líder del segmento. Si se abaten los asientos, el volumen sube hasta 1.530 litros, una de sus mejores bazas frente a muchos rivales.

Donde el Mercedes marca diferencias es en su oferta mecánica. La variedad es enorme. Desde el GLC 200 4MATIC de 204 CV hasta los híbridos enchufables con tecnología EQ, pasando por diésel eficientes y la espectacular dupla AMG. El GLC 300 e, por ejemplo, combina 204 + 156 CV y ofrece 127 km de autonomía eléctrica. Y en lo alto de la gama está el AMG GLC 63 S E PERFORMANCE, con 476 + 204 CV, capaz de hacer el 0–100 km/h en 3,5 segundos. Es, simplemente, una de las gamas más completas del segmento.

El equipamiento del GLC también responde a lo esperado en un SUV premium. Desde la versión AVANTGARDE Advanced, el modelo incluye llantas de 18”, faros LED High Performance, climatización automática y el conocido sistema MBUX, con uno de los mejores entornos multimedia del mercado. Todo esto, eso sí, tiene un precio de entrada de 59.437 euros, o 63.547 euros si se elige la carrocería Coupé.

Volvo XC60

Si giramos la vista hacia el Volvo XC60, encontramos una propuesta muy diferente. Un SUV menos llamativo, menos agresivo y menos interesado en impresionar a simple vista. Pero también un coche más racional, más equilibrado y, sobre todo, más económico. Su diseño minimalista ha envejecido mejor que el del Mercedes, con una estética limpia que sigue vigente pese a llevar años en el mercado.

En cuanto a dimensiones, el XC60 prácticamente calca las cifras del GLC, aunque destaca en el maletero con 505 litros, más que su rival alemán. Con los asientos abatidos se queda en 1.432 litros, menos que el Mercedes, pero suficiente para un uso familiar. Bajo el capó, Volvo ofrece un catálogo mucho más simple. El acceso lo marca el B5 de 250 CV, y por encima están los híbridos enchufables T6 (350 CV) y T8 (455 CV), ambos con autonomías eléctricas amplias y consumos muy bajos.

El precio es, finalmente, el punto que cambia la balanza. El Volvo XC60 arranca en 56.850 euros, claramente por debajo del GLC. No presume tanto, no atrae tantas miradas, pero ofrece una relación precio-prestaciones-equipamiento que lo convierte en la alternativa ideal para quienes quieren un premium… sin pagar el extra por el logo.