La AEMPS explica cómo notificar la reacción adversa de un medicamento

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Es una respuesta nociva y no intencionada a un medicamento
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Primero, notificar la reacción a un profesional sanitario
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El prospecto en papel podría desaparecer y estos su los riesgos
Ningún medicamento está exento de riesgos. Si bien el objetivo de estos es tratar una afección, en ocasiones es posible que provoque en algunas personas efectos secundarios, los cuales suelen estar desglosados en la ficha técnica que acompaña al fármaco.
Sin embargo, hay veces que podemos experimentar reacciones adversas que no aparecen en la ficha y aún así consideramos que el medicamento ha sido la causa de dicho malestar. En este caso, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha explicado en sus redes sociales cómo podemos actuar ante esta situación.
¿Cómo notificar las reacciones adversas?
En primer lugar, el organismo aconseja comunicar el efecto secundario a tu profesional sanitario, y una vez hecho esto, aquellos que así lo deseen pueden notificárselo directamente al Ministerio de Sanidad a través de 'notificaRAM.es'.
"Los medicamentos pueden causar reacciones adversas y es necesario conocerlas para poder minimizar estos daños [...] si sufres una reacción adversas y sospechas que puede deberse al medicamento que estás tomando [...] accede a notificaRAM.es y ayúdanos a mejorar la seguridad de los medicamentos", explica la AEMPS.
Una vez que accedes a dicho enlace, para poder entrar al formulario tienes que seleccionar la comunidad autónoma de residencia, detallar si eres un ciudadano o un profesional sanitario y si se trata de una 'nueva notificación' o de una 'información adicional sobre un caso ya notificado'.
¿Qué se entiende por reacción adversa?
Una reacción adversa a un medicamento (RAM), también llamado efecto secundario, indeseable, colateral..., es "cualquier respuesta nociva y no intencionada a un medicamento" que además de las provocadas al consumir dosis normales, incluye los efectos relacionados con "errores de medicación y usos al margen de los términos de la autorización de comercialización, incluidos el uso equivocado, la sobredosis y el abuso del medicamento".
No hay que confundir las reacciones adversas, que son las que le suceden al paciente mientras utiliza un medicamento y tiene la sospecha de que ha sido este el que ha causado el efecto indeseado, con los eventos adversos en los que no existe relación entre el suceso y el medicamento administrado.
Tipos de reacciones adversas a un medicamento
La AEMPS diferencia dos tipos de reacciones adversas. Las de tipo A "son el resultado de un aumento en la acción farmacológica del medicamento cuando se administra a la dosis terapéutica habitual" y "también incluyen aquellos que no están directamente relacionados con la acción farmacológica deseada del fármaco". Algunos de estos ejemplos son:
- Presión arterial baja al estar bajo tratamiento de antihipertensivos
- Hipoglucemia si se está con insulina
- Boca seca que se asocia con los antidepresivos tricíclicos
Por otro lado, los de tipo B "son reacciones que no se esperan de las conocidas acciones farmacológicas del fármaco", como por ejemplo la anafilaxia con la penicilina y las erupciones cutáneas con los antibióticos.
Mientras que las primeras se caracterizan por ser predecibles, que dependen de la dosis, tienen alta morbilidad y baja mortalidad y desaparecen cuando se reduce la dosis; las segundas no son predecibles, raramente dependen de la dosis, con baja morbilidad, pero alta mortalidad y se tiene que retirar el fármaco para que desaparezca el efecto.
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