Un estudio detalla los riesgos que han asumido los bomberos forestales en la oleada de incendios

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El estudio alerta sobre la alta prevalencia de lesiones y dolor crónico, con tasas superiores al 70%
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Con motivo de la oleada de incendios que ha marcado los meses de verano en España, un equipo del grupo de investigación Valfis de la Universidad de León (ULe) ha recuperado una reciente revisión científica, publicada el año pasado, que analiza los principales factores que afectan a la salud y el rendimiento de los bomberos forestales.
El estudio publicado en 'Journal of Functional Morphology and Kinesiology', al que ha tenido acceso EFE, ofrece una visión integral de los riesgos físicos, ambientales y psicológicos que enfrentan estos profesionales en su labor diaria.
La revisión, firmada por Fabio García-Heras, Jorge Gutiérrez-Arroyo, Juan Rodríguez-Medina, Belén Carballo-Leyenda, Pilar Sánchez-Collado, Gerardo Villa-Vicente y José A. Rodríguez-Marroyo, destaca que los bomberos forestales están sometidos a exigencias extremas que incluyen esfuerzos físicos prolongados, exposición a altas temperaturas, inhalación de humo tóxico, deshidratación, privación de sueño y estrés psicológico.
Consecuencias a corto y largo plazo en la salud de los bomberos
Estos factores, especialmente intensificados durante campañas de incendios como la actual, tienen consecuencias directas sobre su salud a corto y largo plazo.
El impacto del equipo de protección personal
Uno de los aspectos más relevantes del estudio es el análisis del impacto del equipo de protección personal (EPP), que aunque es esencial para la seguridad, incrementa la carga térmica y fisiológica.
El uso de EPP puede elevar la temperatura corporal hasta niveles cercanos al golpe de calor, reducir la capacidad de trabajo y aumentar el riesgo de lesiones.
Además, el peso del equipo, que puede superar los 20 kilos, representa hasta el 40% del peso corporal en bomberos con menor masa, especialmente mujeres, lo que agrava el riesgo de fatiga y dolor crónico.
En esta misma línea, el estudio alerta sobre la alta prevalencia de lesiones y dolor crónico entre los bomberos forestales españoles, con tasas superiores al 70%.
La inhalación de humo constante
El trabajo también aborda los efectos de la inhalación de humo, señalando que los bomberos forestales están expuestos a compuestos tóxicos como benceno, formaldehído y partículas finas, especialmente en zonas de interfaz urbano-forestal donde se queman materiales sintéticos.
Esta exposición se ha relacionado con deterioro de la función pulmonar, inflamación sistémica y mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer de pulmón.

Cómo actuar ante la deshidratación
Otro factor crítico es la deshidratación. El estudio estima pérdidas de hasta 1,5 litros de sudor por hora, lo que puede provocar desequilibrios electrolíticos, calambres, disminución del rendimiento cognitivo y riesgo de golpe de calor.
Los autores recomiendan protocolos específicos de hidratación y reposición de electrolitos antes, durante y después de las intervenciones.
Falta de sueño y descanso y el factor mental
La revisión también pone el foco en el sueño y el descanso, elementos fundamentales para la recuperación física y mental. Durante campañas prolongadas, los bomberos duermen en condiciones precarias, con una media de 3 a 6 horas por noche, lo que afecta su capacidad de decisión, aumenta la somnolencia diurna y eleva el riesgo de accidentes.
En el plano psicológico, el estudio documenta niveles elevados de ansiedad y estrés, especialmente tras intervenciones nocturnas o prolongadas.
El aumento de cortisol, hormona del estrés, puede tener efectos negativos sobre el sistema inmunológico, el sueño y la salud cardiovascular. Los autores proponen la incorporación de técnicas de relajación y mindfulness en los programas de salud laboral.