Ángel María Villar recuerda su paso por la cárcel: “Nos enteramos que salíamos por el telediario”

Ángel María Villar es uno de los primeros invitados en el podcast de mitele.es de 'Mis días en la cárcel'. El que fuera presidente de la Real Federación de Fútbol se sincera con los abogados Álvaro Rojo Quintana y Juan Manuel Medina Andrés.

El expresidente de la RFEF pasó 10 días privado de libertad en el marco de la Operación Soule. El 1 de agosto de 2017 salió de la cárcel tras depositar una fianza de 300.000 euros. Ocho años después sigue esperando el juicio.

La detención de Ángel María Villar

"A las 8.30 de la mañana que yo iba a la Federación, tocan el timbre. Mi mujer abre y enseñan un mandamiento judicial para revisar mi casa. Me detuvieron allí. Estuvieron revisando mi casa y me indicaron por qué lo estaban haciendo", comenzó diciendo Ángel Villar sobre el día de su detención.

El expresidente recuerda que le llevaron a la Federación para revisar su despacho y aseguró que antes de llegar le quitaron las esposas por la cantidad de periodistas que había esperando para captar la imagen. "Alguien les había avisado".

"Después me llevaron al calabozo de la Guardia Civil de Las Rozas. Estuve dos noches y después me llevaron al juez. Estuve ocho días en la cárcel por eso considero que todo se había hablado de antemano porque no es normal que esté ese tiempo en la cárcel de preventivo", comentó Villar.

Su entrada en la cárcel y cómo se entera de su libertad

Juan Manuel Medina Andrés le preguntaba cómo es ese momento de acceder a la cárcel. "Llegas allí y te hacen ducharte. Después te lleva a una psicóloga y a hacerte un reconocimiento médico".

"Recuerdo cuando entré en la cárcel había como unos 80 presos en el hall y uno de ellos dijo: 'Aquí entra el mejor presidente que ha tenido la Federación y el que ha ganado todos los títulos, pero le faltaba uno, el de ser prisionero", recordaba a modo anécdota Ángel María Villar.

El expresidente comentó que estuvo en el mismo módulo con su hijo y el vicepresidente por aquel momento y que después de comer les metían en las celdas para echarse la siesta. "De repente escucho una voz de otra celda: 'Ángel que nos han puesto en libertad pagando una fianza'. Nos enteramos por el telediario".

Villar recuerda que tanto los funcionarios como el resto de presos les trataron muy bien. "Aprendí cosas de ellos en apenas diez días". "Fui igual que los demás, lo que pasa que la gente quería hablar conmigo y yo quedé con ellos en que iba a dar una conferencia de fútbol, aunque luego no me dio tiempo", decía en referencia al cariño que les cogió en esos días.

El día a día en la cárcel

También desvela algunos de los aspectos del día a día. "En la misa podías hablar más y allí iban también las mujeres. Tenías que pedir autorización para ir. Allí he visto comulgar a muchas más personas que en una misa en Madrid  o Bilbao", recordaba.

"Podías practicar deporte, te podías apuntar a las actividades, pero tenías todo que decirlo con antelación. Por eso no era igual que fuera, porque allí tienes todo que señalizarlo".

Ángel Villar asegura que la fe fue importante para él dentro de la cárcel y también de lo que se hablaba privado de libertad. "Sobre todo de lo que no se ha cometido. Me sentí querido y cercano. Les contaba cosas".

"Me resultó una experiencia traumática por la proyección negativa que se ha dado. Yo no fui feliz allí porque es un desprestigio total. De salir a trabajar a ahora te metemos en al cárcel, porque se presume que puedes haber sido un delincuente", decía sobre su reclusión de 10 días.