Ríos, la cantera y un debate profundo de última hora

Las palabras con que Carlos Ríos cerraba su última comparecencia como entrenador del Xerez, referidas a algunos jugadores del filial azulino, pueden parecer un ataque gratuito. Sin embargo, el mensaje del preparador sanluqueño esconde, como él mismo decía, una reflexión. Una reflexión, eso sí, que puede tragarse a cualquiera; también a él.

Hacía alusión Ríos, como conclusión de su alabanza al papel de los juveniles ante el Barcelona B, a aquellos futbolistas del Xerez B que han preferido jugar con el filial antes que con el primer equipo. A la mente, de manera automática, viaja el nombre de Bicho, que en ElDesmarque Jerez habló abiertamente de su descontento con el entrenador afirmando que se había sentido "utilizado" y "de relleno" en el primer plantel y que, por ello, había provocado su regreso al equipo de Paco Peña.
Dice Ríos que "es una pena" que esto ocurra, si bien hay que tener en cuenta que el filial se jugaba mucho en su intento de ascender a Tercera y que el primer equipo, dadas las circunstancias, no resultaba especialmente apetecible. Es más, el club, como es lógico, dio preponderancia a las opciones de ascenso del filial, sobre todo una vez que el primer equipo perdió las suyas de permanencia en Segunda.
A raíz de esto cabe analizar el papel que debe ocupar una cantera. Es mucho más fácil que los jóvenes encuentren su sitio en el primer equipo en momentos de crisis como el que vivimos. Y el del Xerez es total, deportiva e institucionalmente. Pero a la cantera hay que tratarla con mimo, dándole su sitio en un proyecto y no sólo como recurso de emergencia ante las necesidades.
Jugadores como Marcelo, Alfonso y Forján fueron solicitados en su día para formar parte del Xerez B, pero permanecieron en el División de Honor. Ahora han dado un salto directo al primer equipo que, quién sabe, tal vez no se hubiese producido de pertenecer al conjunto de la Primera Andaluza. Casualidades que denotan una falta de planificación importante en este sentido y ponen de manifiesto que los jóvenes son, en muchos casos, también fruto de la improvisación.
Saca pecho Ríos de haber hecho debutar hasta a cinco juveniles con el primer equipo. Y se lava las manos "como Poncio Pilatos", decía, satisfecho con su trabajo. Algo que, por otro lado, teniendo en cuenta la trayectoria del equipo, deja muy a las claras que el nivel de exigencia de los profesionales del Xerez ha de ser infinitamente mayor en el futuro.