Siete futbolistas sudafricanos en bancarrota

Ser futbolista es una de las maneras más fáciles de ganar dinero, ya que en las mejores ligas pueden ganar millones en los pocos años que dura su carrera profesional. Pero de la misma forma que el dinero llega rápido, puede desaparecer con la misma velocidad si no aprenden a gestionar su patrimonio o lo invierten de forma equivocada.

Si eres un futbolista de élite, es fácil olvidar el valor real del dinero y gastar más de lo debido. Además, muchos jugadores olvidan hacer planes de futuro y, tras colgar las botas, confían que el dinero que tienen ahorrado en el banco les permita mantener su acelerado tren de vida.

La falta de planificación financiera, sumado a un gasto desmesurado, ha hecho que, a lo largo de la historia, muchos futbolistas famosos hayan pasado de millonarios a desahuciados. ¿Por qué motivos tantos futbolistas, sobre todo los que proceden de un entorno humilde, acaban en bancarrota al finalizar sus carreras?

Motivos que conducen a la bancarrota

Jugar bien al fútbol puede llevar rápidamente a un joven africano a Europa, donde los mejores jugadores cobran millones de euros al año. En las grandes ligas, hasta los suplentes tienen un salario que la mayoría de gente ni siquiera podría soñar.

Ganar tanto dinero a tan temprana edad está muy bien, pero también puede resultar problemático, sobre todo para aquellos jugadores sin formación y con un mal asesoramiento. Muchos futbolistas que han jugado en la selección sudafricana procedían de entornos humildes, sin nadie que les enseñara a administrar y gastar su dinero.

Cuando llegan a Europa  y empiezan a jugar en la élite, se hacen famosos y, a menudo, se dejan llevar y participan en actividades impropias de un deportista. Los entrenadores y los jugadores más veteranos intentan ayudar a los jóvenes mientras juegan, pero al poner fin a su carrera futbolística, ya sin supervisión, adquieren malos hábitos.

Entre otras actividades autodestructivas, muchos futbolistas se convierten en adictos al juego. La mayoría acude al casino no para ganar más dinero, sino para fanfarronear de su riqueza. Por lo general, juegan a juegos sencillos en los que, con una apuesta simple y grandes dosis de suerte, pueden llevarse un gran premio.

Un buen ejemplo de ello es la ruleta, en la que se puede apostar a un número y llevarse 36 veces el importe apostado, tal como determinan las reglas del juego. Sin embargo, las probabilidades de ganar en este caso son muy bajas, del 2,7%. Ante este panorama, no es difícil adivinar cómo pierden los futbolistas su fortuna en la ruleta.

Te presentamos a siete futbolistas sudafricanos que lo han perdido todo por culpa del juego y de otras adicciones o porque no han sabido gestionar su fortuna.

Jethro Mohlala

Conocido como “Lovers”, Jethro Mohlala es uno de los muchos futbolistas sudafricanos que sucumbió a la fama. En 1997, Mohlala fichó por el Mamelodi Sundowns y se convirtió en una estrella en su país.

Sin embargo, pronto empezó a dejar el fútbol de lado para dar prioridad a las mujeres y a las fiestas. Su vida de playboy no solo enterró sus posibilidades de convertirse en una estrella mundial, sino que además acabó con todo su dinero. Tras abandonar su club y vagar de equipo en equipo durante una década, puso fin a su carrera y, a día de hoy, con 42 años, está completamente arruinado.

Jabu Mahlangu

Conocido como "Pule", "Shuffle" y "Trouble Child" (en inglés, niño problemático), Jabu Mahlangu es otro caso de futbolista sudafricano que dejó que el alcohol y las fiestas le impidieran convertirse en un gran futbolista. Fichado a los 19 años por los Kaizer Chiefs, el centrocampista se mantuvo en el club durante cinco años, en los que anotó 27 goles. Mahlangu tenía ante sí una carrera prometedora.

Sin embargo, según su propio testimonio, el jugador arrastraba desde joven un grave problema de alcoholismo heredado de su familia. Así, su estilo de vida le llevó a poner fin a su carrera sin haber podido llegar a la élite y sin ganar el dinero que podría haberse embolsado si hubiera continuado con su progresión.

Mbulelo Mabizela

A menudo conocido como Oldjohn, apellido de soltera de su madre, Mbulelo Mabizela lo tenía todo para convertirse en una estrella cuando fichó por el Tottenham Hotspur inglés en 2003. De hecho, fue el jugador más joven en capitanear a la selección de Sudáfrica.

Si hubiera continuado su progresión, Mabizela podría haberse convertido en toda una leyenda en su país, pero los problemas con el alcohol y las drogas acabaron con su carrera. Poco acostumbrado a la buena vida, Mabizela ya tuvo problemas por consumo de marihuana al poco de llegar a Inglaterra. Poco después, protagonizó un acto de indisciplina muy grave con la selección al no presentarse a un entrenamiento y al posterior partido. En 2006, Mabizela fue suspendido durante 6 meses por consumir sustancias prohibidas. Aunque en la actualidad sigue jugando en Sudáfrica, la mayoría de expertos afirma que el jugador ha desperdiciado la posibilidad de llegar muy alto.

Philemon Masinga

Nacido en 1969, Philemon Masinga se convirtió en el héroe de Sudáfrica al anotar el gol contra el Congo que clasificó a su selección para la Copa Mundial de Francia 1998. Además de otros equipos, Masinga hizo carrera en Europa, llegando a jugar en el Bari italiano y en el Leeds United inglés.

Tras poner fin a su carrera, el delantero se dedicó al mundo de los negocios. Sin embargo, parece que las inversiones no le fueron bien y se rumorea que ha perdido todo su dinero y su lujosa mansión, ya que ha tenido que volver a la casa de su madre en Soweto.

Steve Lekoelea

Steve “Chippa” Lekoelea es otro jugador cuyo talento podría haberle llevado a Europa para jugar con los más grandes.

Sin embargo, su “buena vida”, cargada de alcohol, juego y fiestas, le desvió del camino y no pasó de un nivel mediocre, lo que le obligó a hacer carrera en los Orlando Pirates. A los 39 años, Chippa se encuentra arruinado y desamparado, y todo por culpa de no alcanzar su verdadero potencial.

Thembinkosi Fanteni

Conocido desde joven como “Terror”, Fanteni lo tenía todo para jugar en Europa y convertirse en una estrella mundial. De hecho, muchos equipos europeos vinieron a verle jugar, pero su pasión por el alcohol y la fiesta lo alejaron del camino y apenas pudo disfrutar de un año en el Maccabi Haifa israelí.

Fanteni sigue jugando al fútbol en su país, pero sus escándalos y su falta de disciplina le han impedido convertirse en la superestrella que se esperaba de él. Todo ello se ha visto reflejado en sus cuentas bancarias, que no deben estar muy llenas, ya que ha jugado toda su carrera en equipos menores.

Junaid Hartley

Como muchos otros jugadores sudafricanos, Hartley tenía el talento, pero no la disciplina apropiada, para triunfar en el mundo del fútbol. A lo largo de su carrera, fueron muchos sus actos de indisciplina y su falta de paciencia. Se dice que perdió todo su dinero en un juicio contra su exequipo, los Orlando Pirates.

Tras colgar las botas, Hartley tuvo problemas de drogas y tuvo que pasar por más de un centro de rehabilitación. A día de hoy, está completamente arruinado e intentando salir a flote. Su historia debería servir de ejemplo y de lección para todos los jugadores africanos jóvenes.

La fama no es garantía de riqueza

A día de hoy, jugar al fútbol al máximo nivel es una de las mejores maneras de ganar millones de euros. Sin embargo, y a pesar de lo que se suele creer, no todos los futbolistas son ricos durante el resto de sus vidas. Existen muchos factores que pueden acabar con sus fortunas, como hemos podido comprobar en este artículo.

Los jugadores procedentes de orígenes humildes suelen tener más problemas a la hora de gestionar su dinero. La mayoría de jugadores sudafricanos de este artículo han sucumbido al alcohol y a las fiestas.

Las historias de estos jugadores deberían servir de lección para las generaciones más jóvenes, para que aprendan que ser futbolista implica dedicarse en cuerpo y alma al deporte y alejarse de todo aquello que pueda acabar con su sueño de triunfar.