La sequía de Ion Vélez
La despedida de Ion Vélez con el Numancia ha tenido un sabor agridulce. La cara positiva la encarnan los 763 minutos que ha acumulado en la media temporada disputada con el conjunto soriano. Por fin ha recuperado una cierta continuidad en la competición. Lo que no ha logrado en Los Pajaritos es romper la sequía realizadora que arrastra desde la famosa victoria sobre el Betis en la 2008-09 (1-0). Ya son más de dos años sin marcar. Una pesada losa para un delantero.
El de Tafalla salió de Lezama durante el mercado invernal de la recién concluida campaña con la intención de hallar en Soria las oportunidades que le faltaban en Bilbao. No en vano, solo disputó cinco encuentros, todos como suplente, durante la media Liga que permaneció a las órdenes de Joaquín Caparrós.
En el Numancia, enseguida se hizo un hueco en el equipo. Se ganó la confianza de Juan Carlos Unzué a base de trabajo. El sacrificio y la entrega son dos virtudes del navarro. Y, a juzgar por los 18 encuentros disputados, pesaban bastante en la balanza a la hora de decidir contar con él o no. A Ion Vélez solo le ha faltado el gol. Pero, con los minutos disputados en el ataque soriano, no deja de ser un lastre importante.
El delantero de Tafalla nunca se ha caracterizado por tener un gran olfato realizador. Al menos, desde su irrupción en la elite. Pero la tarjeta en blanco que arrastra desde hace dos años se está convirtiendo en una losa. Su última diana la logró frente al Betis (2009), en la trascendental victoria liguera previa a la final de Copa de 2009. Era el mes de mayo. Y se convirtió en el broche a su mejor campaña como león (37 partidos y cinco goles, entre Liga y Copa).
La siguiente campaña debía de ser la de su confirmación, pero los problemas físicos supusieron un obstáculo insalvable a la hora de coseguir la continuidad deseada. Solo jugó tres encuentros, dos de Liga y uno de Supercopa. Un ostracismo que sirve de excusa a la primera mitad de su sequía. Pero en el recién cerrado ejercicio las cosas no han mejorado. No marcó en los cinco choques de la primera vuelta con el Athletic ni en los 18 de la segunda con el Numancia. El gol es su asignatura pendiente para el curso que viene.
