Óscar de Marcos, una trayectoria para enmarcar

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Se retira un jugador, al que espero ver en verano por Bakio
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Él no era el importante, lo valioso eran sus acciones. Discreto.
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Oscar de Marcos emociona a los athleticzales: "No quiero que mis hijos aprendan que el Athletic es sólo ganar o un escudo"
El partido de este domingo será el último en que se podrá ver vestido con la camiseta del Athletic Club como futbolista en activo, al que es el último capitán de la escuadra rojiblanca: Óscar de Marcos. El calendario ha querido que sea en su campo durante casi dos décadas, San Mamés el nuevo porque por el césped del otro San Mamés desaparecido también dejó constancia de su clase.
Encima los caprichos de este deporte han querido que esa retirada del futbol sea con su equipo con la clasificación para la Champions, con una temporada fantástica y frente al actual campeón de LALIGA, Copa y Supercopa, el FC Barcelona de Hansi Flick. Casi nada. Paseíllo de cortesía para los catalanes y lo mismo para él que se nos va ante un rival que tantos disgustos le ha dado en finales…

Aunque no lo he glosado todavía, seguro que piensan parecido a mi. De aquel muchacho que con 21 años reclutó el Athletic del Deportivo Alavés donde apenas había jugado un puñado de partidos y que Joaquín Caparrós mandó ir al lugar de concentración de Isla Cristina e hizo debutar con el primer equipo.
Llegado de tierra de buenos vinos fue madurando como la vides de su localidad de la rioja alavesa. Arribó desde Laguardia y ahora su ejemplar trayectoria deportiva y humana "laguarda" para el recuerdo de este deporte siendo el segundo jugador con más partidos disputados con la zamarra rojiblanca.
Seguro que nadie, ni de casa ni de rivales con los que le ha tocado enfrentarse, dirá nada malo de él porque se ha hecho acreedor al respeto unánime de jugadores y aficiones. Ni un mal gesto, ni una mala acción, ninguna lesión a rivales, ni una palabra mal sonante... Cosas todas muy difícil de ver en esta sociedad y en muchos terrenos de juego incluyendo a los futbolistas.

Quién nos iba a decir que aquel chaval que corría más que el balón, con apariencia de torpe y que levantaba murmullos en las gradas, y quien diga lo contrario falsea la verdad, iba a llegar hasta donde ha llegado.
Óscar De Marcos, haciendo honor a su apellido, deja una imagen para enmarcar.
Hasta el recordado Marcelo Bielsa, quizás con el míster con el que se vio al mejor De Marcos en esa reubicación que le encontró como media punta indetectable para los rivales, se ha deshecho en elogios hacia él. Por su equipo jugó hasta con el escroto rasgado, sin quejas ni aspavientos. Otros, con menos, son portada en periódicos deportivos.
En el verde, sacrificado por sus compañeros, polivalente y en su caso y volviendo a hacer referencia a su apellido, debería poner mejor cualquier "demarcación". En su aspecto personal y humano un fuera de serie que aprovechaba su tiempo libre para, entre otras cosas, visitar a niños y niñas enfermos en hospitales, mientras otros se dedican a mostrar sus coches de gama super alta.

Todo sin necesidad de las luces de las fotos y de pregonar, en los medios de comunicación con antelación, su presencia. Él no era el importante, lo valioso eran sus acciones. Discreto.
Se retira un jugador, al que espero ver en verano por Bakio, donde suele pasar algunas semanas, que vale su peso en oro, se le ha pagado en euros y que si hubiese estado en Alemania antes de la desaparición de las monedas oficiales en muchos países, hubiese cobrado un buen montante "de marcos".
.- Por Patxi Arteta, Periodista