Grandes desafíos tras una temporada inolvidable en el Athletic

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La temporada 2024/25 del Athletic quedará grabada en la memoria
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Mira al futuro con esperanza. Y eso es un auténtico tesoro.
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Javi Martínez pone nota al Athletic, da un mensaje a Óscar de Marcos y lanza una indirecta al Manchester United: "Lo destrozaron"
Se cerró el telón en la Catedral en la última jornada de LALIGA frente al F.C. Barcelona. Un partido cuyo resultado queda como una anécdota sin importancia, al llegar ambos equipos con sus respectivos objetivos ya cumplidos. La temporada 2024/25 del Athletic Club quedará grabada en la memoria rojiblanca como una de las más emocionantes de los últimos tiempos. No solo por los logros deportivos, sino por lo que ha significado en lo emocional y simbólico para una afición que, como pocas, vive a su equipo con una pasión incondicional.
La clasificación para disputar la próxima Champions ha sido el broche de oro a un curso en el que el Athletic ha mostrado una identidad firme, fiel a sus principios y cada vez más competitivo. Ernesto Valverde ha sabido exprimir el talento de una plantilla joven pero sobradamente preparada, apuntalada por la experiencia de jugadores veteranos que han ejercido como líderes dentro y fuera del campo.

Muchos nombres propios con peso en el Athletic Club
El rendimiento de figuras como Nico Williams, Oihan Sancet, Unai Simón, Berenguer, “Jaure”, Vivian... ha sido fundamental para que el equipo no solo brillara en eliminatorias, sino que se mantuviera sólido en una Liga cada vez más exigente. La clasificación europea es, además, una recompensa justa al trabajo colectivo y un paso más hacia ese anhelo de consolidarse entre los mejores del Estado de forma regular.
Pero si hay un momento que marcará esta temporada, es la despedida de Óscar de Marcos.
Pocos jugadores encarnan con tanta honestidad el espíritu del Athletic. Llegado en 2009, su carrera ha sido un ejemplo de profesionalidad, entrega y amor por los colores. De Marcos ha sido más que un lateral: ha sido capitán, puente entre generaciones, voz sensata en el vestuario y símbolo de un Club que valora más que nadie la lealtad.

Su emotiva despedida en San Mamés fue un recordatorio de que el Athletic no es solo fútbol. Es sentimiento, es pertenencia, es historia viva. Se va por la puerta grande, como corresponde a una leyenda, dejando un vacío que no será fácil llenar, aunque su legado quedará como guía para los que vienen. Solo quedaba la incógnita de quién heredaría ese dorsal 18 que, como él mismo reveló en rueda de prensa, está asignado a quien considera que debe llevarlo.
Luego ya se hizo público que era Mikel Jauregizar, por esas icónicas fotos en las que, siendo ya muy "txiki", aparecía compartiendo momentos con De Marcos y el propio Carlos Gurpegui, quien también llevó ese mítico dorsal.

Noche de emociones con el adiós a Óscar “Gudari” De Marcos, leyenda y ejemplo de lo que significa vivir y trabajar esa esencia Athletic tan crucial para mantener la identidad de un club que depende de ello en la evolución de su metodología. Con “DeMar” queda un legado que debe recogerse y mantenerse.
Con la clasificación para Champions y una base joven de gran proyección, el Athletic afronta el próximo curso con ilusión renovada. Sin embargo, los retos no son menores. El club deberá gestionar con inteligencia el esfuerzo añadido de Europa, sin descuidar la Liga y volviendo a ilusionarse por la competición “top” del club, la Copa.

Será clave mantener el bloque actual, asegurar la continuidad de jugadores clave y acertar en la transición generacional que se abre con la marcha de De Marcos. La cantera seguirá siendo el pilar, pero también será importante medir bien los tiempos de maduración de los nuevos talentos y ofrecerles el contexto adecuado para crecer.
También se presenta un desafío institucional: seguir reforzando un modelo único en el fútbol europeo, basado en el talento local, la identidad y el compromiso, en un entorno cada vez más marcado por la globalización y los intereses económicos.

En definitiva, esta ha sido una temporada que ha devuelto al Athletic a su lugar natural: el de un equipo que compite, emociona y representa algo más que resultados. Un equipo con alma. La despedida de De Marcos es, en cierto modo, el cierre de un ciclo; pero también el inicio de una nueva etapa que, si se cuida con mimo y ambición, puede deparar grandes alegrías a una afición que nunca deja de creer.
Porque el Athletic no solo mira al pasado con orgullo. Mira al futuro con esperanza. Y eso, en el fútbol actual, es un auténtico tesoro.
. Por Asier Elorriaga, Entrenador de fútbol y Comentarista técnico de Radio Popular