Óscar de Marcos y el secreto del Athletic: "Aquí un aficionado puede acabar siendo tu compañero"
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Asegura que el Athletic te cambia y mejora lo que te rodea
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Óscar de Marcos se marcha del fútbol dejando una herencia que trasciende títulos, partidos y estadísticas. Su retirada no es un adiós melancólico, sino una invitación a mirar al Athletic desde dentro, allí donde la derrota se convierte en lección y el jugador es, antes que futbolista, parte de una familia. Con la serenidad del que ya lo ha vivido todo, De Marcos desmenuza la filosofía rojiblanca y explica por qué en San Mamés la fortaleza mental no es un eslogan: es una forma de crecer, de convivir y de resistir.
La fortaleza mental de Óscar de Marcos
De Marcos recuerda una frase que pronunció tras una de las noches más duras de su carrera: la semifinal perdida de la Europa League ante el Manchester United. “Cuando todo parece una decepción, siempre hay algo dentro de mí que lo convierte en una lección”, dijo entonces. Hoy, esa idea resume su manera de entender el fútbol.
El jugador explica que la fortaleza mental no es un don, sino un entrenamiento constante. Tras tantas finales perdidas, asegura que pudo disfrutar como nunca de la final de Copa ganada al Mallorca. Lo hizo porque se preparó durante toda la semana previa, reviviendo situaciones reales del partido. Ese trabajo interior ,dice, solo nace de haber vivido momentos duros antes: Siempre hay un aprendizaje al que agarrarse. Siempre".
El Athletic, un club que transforma a las personas
Preguntado por qué el Athletic marca tanto, su respuesta es tan sencilla como contundente: “La manera de vivir en el Athletic es diferente, es familiar”. Para él, la clave está en una cultura que diluye las distancias entre la grada y el césped.
“Un aficionado puede acabar siendo tu compañero al año siguiente”, explica. Esa cercanía, única en el fútbol profesional, generó en él un compromiso que iba más allá de lo deportivo: sentía que ayudaba a su familia, entendida como toda la afición que tenía alrededor.
Esa forma de convivir, dice, es una escuela en sí misma: “Hay maneras de actuar que merecen ser vividas. Y haciéndolo así, mejoras todo lo que te rodea".