El Celta aguantó al Sevilla hasta que se quedó con diez

El Celta aprovechó la visita al Sánchez-Pizjuan para intentar realizar un ensayo general pensando en el cruce de semifinales contra el Manchester United pero sus planes se vieron truncados en los primeros compases de la segunda parte. El conjunto de Berizzo se quedó con un hombre menos a falta de 40 minutos para el final y le tocó intentar defender el empate a un gol que reflejaba el electrónico. Fue incapaz ante un Sevilla que se vino arriba y que tuvo numerosas ocasiones para que la velada terminara en goleada.

Por primera vez en muchos meses el once de gala hizo presencia en Liga y eso fue algo que se notó en los primeros minutos. Las señas de identidad del conjunto celeste fueron evidentes desde los primeros compases: presión alta, juego combinativo y siempre en busca del área rival. El Sevilla, que por primera vez repetía once en toda la temporada, también fue muy reconocible. El resultado fue un encuentro muy táctico entre dos equipos con talante ofensivo.
En los primeros compases del choque fue el Celta el que llevó la iniciativa. Intentando llevar el peso del partido a través de la posesión y pisando el área del Sevilla con relativa facilidad, pero casi sin encontrar el disparo a puerta. Lo mejor que dejó en toda la primera parte fue un remate de Pione Sisto desde la esquina del área grande tras un recorte hacia adentro marca de la casa del danés. Su remate se fue por poco por encima de la escuadra izquierda de Sergio Rico.
En lado opuesto del campo ocurría lo mismo. El Sevilla apostó por un fútbol más vertical que el cuadro celeste pero llegaba con las mismas facilidades hasta la zona de peligro. Sin embargo, apenas era capaz de pisar el área, por lo que probó con disparos lejanos.
Con el paso de los minutos el balón pasó a los pies de los locales. El Celta dejó de ver el área rival y el partido entró en un ritmo alto, con muchas pérdidas en el centro del campo y con el Sevilla aprovechando mejor sus opciones, especialmente a raíz de jugadas a balón parado. A raíz de un córner llegó la mejor ocasión de la primera parte, el conjunto hispalense sacó en corto el saque de esquina y la jugada terminó con Iborra cabeceando a la base del poste derecho de la portería de Sergio. Primer susto de la noche.
La posesión siguió en los dominios del Sevilla y las ocasiones también, ya que los andaluces aprovechaban mejor sus internadas en el campo rival. Ya al filo del descanso llegarían dos nuevas ocasiones de peligro para los locales, las dos para Correa. En ambas oportunidades, el argentino desaprovechó dos buenas posiciones de disparo con sendos remates muy flojos que apenas complicaron a Sergio. 
La polémica llegó en la penúltima jugada de la primera parte, en la que el Celta reclamó un penalti por mano de Iborra dentro del área al taponar un remate de Iago Aspas. El Sevilla tampoco se fue contento al descanso porque Gil Manzano pitó el descanso cuando el conjunto andaluz tenía el balón en los aledaños del área del Celta. 
La segunda parte no pudo empezar peor para el cuadro celeste. El Sevilla salió intensó y en seguida encontró el 1-0. Correa protagonizó una jugada individual en la que se fue de tres defensores en la frontal y se adentró en el área para batir a Sergio. Por suerte para el Celta, cuatro minutos después llegaría el tanto el empate. Lenglet agarró con claridad a John Guidetti dentro del área y Gil Manzano señaló los once metros. Aspas fue el encargado de transformar la pena máxima con un remate por el centro de la portería de Rico y pedía disculpas por el tanto a su exequipo.
El cuadro celeste se había recuperado rápidamente del golpe andaluz pero la tranquilidad le duró poco. Muy poco. Tres minutos después del tanto de Aspas se quedaba con diez por la expulsión del 'Tucu' Hernández al ver la segunda amarilla tras una entrada sobre N´Zonzi. El partido empezó a revolucionarse demasiado con los jugadores de los dos equipos algo desquiciados por las decisiones del colegiado. Empezaron a protestarlo todo y al Celta le tocó activar un plan B para intentar sacar algo positivo del Pizjuán con uno menos durante media hora.
Con la superioridad numérica el Sevilla se adueñó del encuentro y el Berizzo introdujo a Roncaglia para reorganizar al equipo. El dominio local fue absoluto y al Celta le tocó sufrir. Mucho. En los siguientes minutos el balón se estrelló dos veces en el larguero. En una primera ocasión, Correa hizo un pase al hueco al corazón del área que terminó recibiendo Escudero tras un error de Roncaglia en el despeje de balón. La segunda, cuatro minutos después, fue a raíz de un lanzamiento desde la frontal de Nasri que tocó lo justo Sergio para mandar el esférico al travesaño. Todavía quedaban 17 eternos minutos.
El Celta parecía sacudirse la presión con un remate desde el borde del área de Wass, pero en la jugada siguiente llegó el 2-1. Nasri centró al área pequeña desde la banda derecha y Ben Yedder, recién entrado, empujó el balón al fondo de la red a falta de catorce minutos para el final. 
Tras el segundo tanto local, ninguno de los equipos se amilanó. El Sevilla volvió a tener una buena oportunidad a través de Ganso, que vio adelantado a Sergio y probó una vaselina desde fuera del área. El Celta demostró carácter e intentó llegar con peligro a los dominios de Sergio Rico a través de Bongonda y Beauvue, que entraron en la recta final de la segunda parte.
Sin embargo, el cuadro celeste fue incapaz de articular una ocasión de verdadero peligro ante un Sevilla bien ordenado en defensa, sabedor de que los tres puntos en juego les mete de pleno en la lucha por la tercera posición. Para el Celta, la derrota en el Pizjuán apenas duele. El equipo rindió hasta que se quedó con uno menos, mostró talante ofensivo aún con diez y tiene por delante el sueño de alcanzar la final de la Europa League.

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