Este Sporting sí que es Real

El Real Sporting de Gijón jugó un partidazo de inicio a fin ante el Villarreal CF en Copa del Rey. Y es que a estos equipos solo hay dos formas de intentar meterles mano: fiando todo a un repliegue en la frontal de su propio área o tratar de jugar sin complejos. Si conocen a David Gallego, sabrán qué eligió el catalán. Y es que, con un once muy reconocible, trató de salir a incomodar al actual campeón de la UEFA Europa League... ¡incluso hasta la frontal de su área! Un plan que le valió al cuadro rojiblanco una espectacular remontada y el pase a octavos.

Lo tenía muy claro Gallego desde el arranque: presión intensiva, buscar el robo lo más arriba posible y no rifar la posesión en ataque estático. De este modo el Sporting cuajó unos primeros quince minutos brillantes, en los que el Puma, especialmente juguetón, lo intentaba de todas las formas posibles. Centros desde la izquierda, regates en solitario, disparos de media distancia... Entre un Albiol que se las sabe todas y un Rulli muy atento frenaron la sorpresa del cuadro rojiblanco en los primeros minutos. Faltó precisión en el gesto final.

Poco a poco los de Unai Emery se fueron asentando sobre el césped de El Molinón y, como cabía esperar por la dimensión del 'Submarino Amarillo', fue imponiendo su fútbol. Es ahí cuando el Sporting centró todos sus esfuerzos en defender las acometidas del Villarreal, aunque sin olvidar buscar alguna contra. Sea como fuere, llegó el descanso y los jugadores de ambos conjuntos enfilaron hacia vestuarios sin ocasiones claras para ninguno de los bandos.

Gallego agitó el árbol en el descanso... y el Villarreal también:

En la vuelta del descanso, Gallego dio entrada a Berroca, Pablo García y, sobre todo, a Fran Villalba. El mediapunta comenzó a bailar como suele hacer en el centro del campo. Sin embargo, en el primer acercamiento peligroso de la segunda mitad, Moi Gómez centró al área para que Raúl Albiol adelantara a los amarillos de cabeza.

Pero el Sporting no había dicho su última palabra: David Gallego liberó a la bestia y ésta respondió. Djuka, que no llevaba ni cinco minutos en el césped, recibió un balón botando y muy escorado. El montenegrino, listo como el que más, vio que Rulli estaba despistado y en una posición adelantada. Ahí, en décimas de segundo, controló el balón con el muslo, se lo acomodó y, sin dejarlo caer, golpeó un globo con el empeine total que sobrepasó al portero argentino para poner el empate.

Tras el tanto del Sporting el Villarreal volvió a tirar de jerarquía y asumió el peso del partido, con (de nuevo) el Sporting defendiéndose como gato panza arriba sobre la frontal de su área. En uno de esos contragolpes, una combinación espectacular entre Fran Villalba y Aitor García acabó con el de Gibraleón sirviendo a Bogdan, en su primera llegada de todo el partido, para fusilar a Rulli. Un tanto que supo a gloria y que valió nada menos que una remontada ante un equipazo como este. Nada menos que una clasificación a los octavos de final de la Copa del Rey.