Dani Giménez narra el calvario al que hizo frente por el Deportivo: "Jugaba sedado los partidos"
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"Me pidieron jugar y eso fue un calvario para mí"
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"El segundo año fue un infierno"
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Dani Giménez: "No creo que haya equipos muy superiores al Dépor"
El Deportivo de La Coruña trata de asentarse en el fútbol profesional para no revivir capítulos pasados. Ahora, el club herculino ha reconducido su camino, pero hace muy pocos años se vivieron duros episodios en Riazor. Uno de los protagonistas de la última caída blanquiazul fue Dani Giménez, quien ahora desempolva su calvario como deportivista.
El portero vigués aterrizó en el Dépor procedente del Real Betis. Con mucha experiencia en su mochila, Dani Giménez defendió dos años la portería de Riazor, aunque no fueron nada sencillos. Así lo reconoce en sus declaraciones concedidas al podcast No Hay Pelotas.
El ya exfutbolista no tuvo que pensar mucho la propuesta herculina: "Quería jugar en el Dépor. Cuando escucho la primera oferta, digo 'ya está, están apostando por mí'. Me fastidiaba no jugar en el Betis, pero estaba a gusto en Sevilla, me sentía bien dentro de mi rol. Desde el principio, el Deportivo parecía el equipo perfecto, aunque luego pasé penurias".
Dani Giménez recuerda su calvario en el Deportivo de La Coruña
Las lesiones marcaron los últimos coletazos de su carrera: "El segundo año fue un infierno para mí. Empiezo lesionado, tengo 37 años y forzamos para empezar la temporada bien. Yo necesito ser rápido y ágil. Había dudas con el equipo desde el principio. Había peores jugadores".
La pubalgia lastró a Dani, pero él buscaba soluciones para jugar: "Yo tenía una pubalgia de caballos y pedí parar. Entrenando era un espantapájaros. Estaba sufriendo, pero la situación no era buena. Me tenía que sacar algún central de puerta, cuando tenía que sacar en largo lo hacía con la mano... Que me dolía igual, pero menos la pubalgia si sacaba con la mano".
La pandemia también marcó a muchos profesionales del deporte rey. El portero, acostumbrado a estar en casa, se rompió en su regreso: "Con la pandemia, me recuperé de la pubalgia, pero después de estar metido en casa todos los meses y volvemos a jugar... me rompo el cuádriceps. Me dicen que no podía jugar en tres meses y al siguiente ya estaba jugando. Me pidieron jugar y eso fue un calvario para mí. Mi gente cercana me dijo que parara, pero yo prefería salvar al Dépor. Eran dolores seguidos, un horror... y encima bajamos".
Por último, Dani Giménez desveló que llegó a jugar sedado: "Lo pasé mal, no estuve al nivel, luego no descansas porque yo jugaba sedado los partidos. No entrenaba, iba partido a partido. Fue todo algo rarísimo. Mi primer año en el Dépor fue un regalo por toda mi trayectoria, qué pasa, viene la lesión el segundo año".