Sandro Rosell desvela lo peor de la cárcel y sus mejores momentos con el cura culé

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Sandro Rosell ha estado en 'Mis días en la cárcel'
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Ha desvelado algunas de las anécdotas que vivió en prisión
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Josep María Bartomeu y Sandro Rosell declararán como imputados por el caso Negreira
645 días. Ese fue el tiempo que Sandro Rosell estuvo en la cárcel. El que fuera presidente del FC Barcelona estuvo acusado por fraude fiscal, pero la Audiencia lo absolvió tras casi dos años privado de libertad. El catalán ha estado en 'Mis días en la cárcel' y ha desvelado algunas de las anécdotas que vivió allí.
Uno de los aspectos que más hablan los presos es de que el olor de la prisión es particular y Sandro Rosell asegura que es algo "rancio". El que fuera dirigente culé relató cómo fue ese ingreso en donde le dieron un kit y el mono, aunque no el de "Guantánamo".
"Una cosa impresionante que me pasó en la cárcel es que mejoré la vista. Yo soy miope y mejoré porque durante dos años no fuerzas la vista, no hay horizonte, enseguida encuentras un muro", decía Rosell.
Sandro Rosell y sus largos días en la cárcel
El expresidente de la institución culé desvelaba lo despacio que pasa el tiempo. "Se hacían más largos los días y lo peor son los sábados y los domingos porque esos días no pasa nada. De lunes a viernes pasan cosas. Viene tu abogado, a lo mejor han hecho unas diligencias, en mi caso no hicieron ninguna, un escándalo...", comenzaba diciendo.
"Lo único bueno que había era la misa del padre Paulino, que como buen sacerdote es culé y nos poníamos ahí con los merengues", recordaba con una sonrisa en la cara Sandro Rosell.

El exmandatario también aseguraba que había violencia, aunque no siempre. "Sobre todo había guantazos. Porque uno se saltaba la cola del teléfono, otro la del café... Una vez tuvimos el caso de uno que le intentó cortar el cuello a otro", relataba.
Sandro Rosell recordaba el talento que tenían algunos presos para idear cosas útiles para su día a día y que una vez probó la 'chicha', una bebida que hacen los propios reclusos. "Ellos la fabricaban con el pan, la manzana y el arroz. Lo dejan fermentar y esto se convierte en alcohol. Lo probé por curiosidad y es horroroso", dijo al respecto.