Cristóbal Márquez, el Morales del Fuenlabrada que jugó en el Levante
El Fuenlabrada-Levante UD de Copa es una eliminatoria de capitanes con pasado en el rival no solamente por el Comandante Morales. En el conjunto azulón, y ya con más de 150 encuentros a sus espaldas, luce esos galones (esta temporada es el tercero) Cristóbal Márquez, que en Orriols, en el filial, dio el salto de Tercera a Segunda B cuando tenía 21 años. El Levante anunció el 17 de junio de 2005 su fichaje para el segundo equipo, junto al de De Lerma (ahora en el CD Ebro, en el Grupo 2B de Segunda B). Catalogado en el comunicado oficial de su llegada como “centrocampista ofensivo con olfato goleador”, se había formado en las filas del CD Leganés desde Cadete A y en las dos temporadas previas había vestido la camiseta del filial pepinero, anotando en la última 8 goles en 25 partidos.
En la 2005/2006, Cristóbal (Madrid, 21/04/1984) jugó tres partidos ante Villajoyosa, Benidorm y L’Hospitalet y completó poco más de 20 minutos en total en un equipo dirigido por José Ángel Moreno y que apuntaba a cotas superlativas. “Firmé por tres años y en el primero se hizo play-off de ascenso, pero estuve hasta diciembre. Debutaba en Segunda B y tuve pocas oportunidades de jugar porque pese a ser un filial era un equipo bastante veterano, con gente asentada en la categoría, contrastada y se buscaba el salto a Segunda, que estuvo muy cerca de conseguirse”. El Vecindario truncó el sueño en el último suspiro en la eliminatoria final. Su destino fue el Conquense y ahí coincidió con Mikel Rico, que está ahora en el Huesca, y Lalo, que años después sería el director deportivo oscense. La siguiente temporada (2006/2007), desde el principio, estuvo en el San Sebastián de los Reyes en Segunda B y contribuyó para firmar una campaña notable.
La 2007/08, la del descenso a Tercera División con Raúl Ruiz en el banquillo, sí que fue importante con la camiseta del Levante B: jugó 36 partidos, 35 como titular y anotó 6 goles. “El club atravesaba por muchos problemas y por la situación económica se hizo un equipo en Segunda B con jugadores que algunos estábamos cedidos y con mucha gente que venía del Juvenil. Estaban Héctor Rodas, Iborra, Roque Mesa, Mossa, Manolo Reina, Pepe Pla…”, recuerda Cristóbal. Iborra debutaría el 13 de enero de 2008 con el primer equipo ante el Real Madrid, de delantero y con De Biasi de entrenador. O Roque Mesa, que tenía 19 años, aparecía desde el Juvenil A y ahora acumula casi 150 encuentros en Primera entre Las Palmas, Sevilla, Leganés y los 8 que lleva actualmente con el Valladolid. “Estábamos sin cobrar, estábamos fastidiados, se terminó descendiendo, pero pese a ello se apostó por gente joven en el filial y muchos tuvieron la oportunidad de seguir progresando. En mi caso, de ahí me firmó el Villarreal B pese a perder la categoría. Algo nos verían o algo tendríamos, aunque no tuviéramos el empaque de tener más gente veterana. En ese tercer año que estuve entero, en el equipo se respiraba un ambiente muy juvenil y con Raúl Ruiz todos los jugadores crecieron muchísimo”, añade el actual ’8’ del Fuenlabrada sobre lo que supuso aquel tercer año, en el que además fue uno de los capitanes: un máster de resistencia y aprendizaje por el añadido de la explosión de la Ley Concursal.
Cristóbal Márquez vivía en Buñol con De Lerma
Para Cristóbal fue su “primera experiencia fuera de casa”, que junto a De Lerma fue mucho más fácil de afrontar. Y, sobre todo, de la que extrajo más luces que sombras. “Veníamos de estar jugando en las categorías inferiores del Leganés; yo durante seis años y él llevaba más tiempo. Cogimos un piso compartido en Buñol, no vivíamos en Valencia. Era la oportunidad de entrar en el fútbol profesional o semiprofesional. Fue una experiencia muy bonita dentro de que a nivel deportivo no estaba gozando de oportunidades para darle continuidad a esas sensaciones, pero sí que lo veía como que era mi primer año en Segunda B y estaba conviviendo con compañeros de ya un caché en la categoría”, rememora el centrocampista del ‘Fuenla’, a quien el Levante, en ese tercer año, le planteó subir al primer equipo (también a De Lerma), “pero se dieron cuenta de que no éramos Sub-23 y los que sí aprovecharon esa oportunidad fueron Héctor Rodas e Iborra”.
El Fuenlabrada, que se quedó a las puertas de la promoción de ascenso a LaLiga Santander, ha derribado al Atlético Baleares (0-1) y al Mallorca de Luis García (2-2 y 7-6 en la tanda de penaltis) en las dos primeras eliminatorias y afronta su primer reto de máxima categoría, a partido único y en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas ya que el temporal ha inutilizado el Fernando Torres. “Al final no deja de ser un equipo de Primera y sabemos del potencial que tiene. Bienvenido sea el Levante. Me agrada por el hecho de enfrentarme a un club en el que he estado”, destaca Cristóbal sobre un cruce especial para él.
Después de Orriols, su travesía antes de aterrizar en el Fuenlabrada y convertirse en emblema ‘kiriko’ siguió en el filial del Villarreal CF. Firmó un año en Segunda B, logró el ascenso, renovó dos en Segunda y después de una primera temporada espectacular, otros tres con el primer equipo. Debutó en la máxima categoría a sus 26 años ante Osasuna (15 de enero de 2011), jugó previa de Europa League y participó en Copa del Rey. Posteriormente, defendió la elástica del Elche (en dos etapas) y se recorrió medio mundo ya que jugó en Ucrania (FK Karpaty Lviv), Nueva Zelanda (Auckland City FC), Indonesia (Mitra Kukar) y Grecia (Olympiakos Volos). En el verano de 2015 volvió a España para enrolarse en el CD Toledo. Hasta que finalmente, el Fuenlabrada y el mediocampista cruzaron sus caminos en el verano de 2016.