Hubo guerreros, faltaron héroes
No se recordará este partido como los dos anteriores porque el resultado es negativo. Pero la esencia del trabajo es la misma. Quizás la diferencia entre ese pelín de suerte para ganar o ese pelín de 'bajío' para perder esté en, precisamente, los que ya no están. El Málaga tuvo guerreros en el campo, pero faltaron héroes...
Puede que muchos se sorprendieran viendo el once del Málaga ante el Barcelona. Pero eso es que no conocen a Gracia. Siempre tiene una teoría, un plan, para medirse al equipo azulgrana. Para empezar sentó a Albentosa y a Charles, algo que pilló a contrapié a propios y extraños. Sí se sabía que habría renuncia a las bandas y buscaría taponar bien el centro.
Cualquiera sabe que los planes en campos así duran lo que tarda en llegar una genialidad del Messi o Neymar de turno. Pero el Málaga aguanto gallardo y estoico las acometidas del rival, que no fueron pocas. Suárez fue uno de los más incisivos y hasta marcó, pero en fuera de juego. Los blanquiazules no fueron a Barcelona por un punto, querían cazar algo más. Por eso apostó por Amrabat como punta, que condujo con suerte dispar algunas contras.
Una de las novedades en el once fue Juankar, que estuvo muy pero que muy cerca de conseguir marcar desde más de 50 metros. Algunos de sus compañeros casi iban ya a abrazarle, pero no hubo fortuna. Como tampoco la hubo en el minuto 25 cuando Weligton se lesionó solo y tuvo que dejar su sitio a Albentosa. Segundos después Mascherano cabeceó un balón al larguero.
El Málaga fue capaz de dejar su portería a cero 45 minutos más, que se sumaban a los 180 anteriores. Un hito. Y eso que el Barcelona puso mucho de su parte y reclamó hasta dos penaltis. El primero Neymar, que recortó a Miguel Torres, mientras el madrileño se lanzaba al suelo buscando cortar el balón. El esférico tocó en su mano de apoyo. Después Luis Suárez, eterno en la protesta, reclamó también penalti de Angeleri en una acción en la que hubo algo de contacto pero no suficiente como para derribar al uruguayo.
No cambió mucho el partido en la reanudación. El Barça apretó lo que pudo y el Málaga buscó contragolpear como pudo. Empezaba a desatarse Leo Messi, que obligó a Kameni a hacer dos paradones. Mientras, en el ajedrez de Gracia ya no había sitio para Amrabat. Al navarro no debía gustarle cómo estaba resolviendo los ataques y le cambió para meter al combativo Charles. Se fue enfadado el holandés.
El Barcelona se chocaba una y otra vez con la muralla blanquiazul, donde Kameni volvía a negarle a Messi un gol, este vez tras un disparo seco desde fuera del área. Y sin embargo el tanto culé llegó de la manera más cruel. Un centro de Luis Suárez que Kameni despejó y el rechace le cayó a un Veramelen que sin oposición rompió esos 252 minutos de imbatibilidad.
La voluntad no se le puede negar a este Málaga, que a pesar de tener pocas ideas, se mantuvo firme en su plan. El Barça no logró convencer al Málaga de que se abriese un poco ni marcando el primer tanto. Gracia tenía claro que había que morir con ese espíritu, con ese fútbol. Kameni volvió a anular otro posible gol de Messi, tónica del partido.
Estaban desfondados los jugadores de Gracia, que a pesar de todo tiraron de coraje y corazón para buscar el empate. Cerca del minuto 93 el Málaga tiró un contragolpe que congeló el Camp Nou, pero Charles falló con la caña, estorbado un poco por Jordi Alba. Una lástima porque el punto habría sabido a gloria. Toca mirar al Eibar. Falta bastante, pero es una cita clave. Porque la Liga no se mide en términos cualitativos, sino cuantitativos. No le importa que hayas estado de fábula ante el campeón de la Champions y el campeón de la Europa League, sólo te recuerda que llevas un punto de seis posibles. Qué cruel...