Taiwo Awoniyi sale del coma inducido tras el choque del Nottingham-Leicester: "Era fuera de juego por kilómetros"

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Sufrió una lesión abdominal tras chocarse con el palo en fuera de juego
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"Si hubiesen levantado la bandera, nada de esto habría ocurrido"
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Buenas noticias desde Inglaterra. Taiwo Awoniyi, jugador del Nottingham Forest, ha salido del coma inducido tras ser operado de urgencia debido a un durísimo golpe que sufrió contra el palo en el partido ante el Leicester. Un golpe que le provocó una grave lesión abdominal que le obligó a pasar por quirófano.
El partido se disputó el domingo, pero no fue hasta el lunes cuando el delantero fue traslado al hospital a decisión de los médicos del club, que decidieron que necesitaba tratamiento adicional. Le tuvieron que operar de una lesión abdominal y ha estado dos días en coma inducido.
Todo ello en una jugada que, para colmo, estaba anulada por fuera de juego. Cuando Awoniyi se estrelló contra el palo, el linier levantó la bandera, aplicando el protocolo del VAR de dejar seguir las jugadas. El caso es que tras ser atendido en el campo durante varios minutos, siguió jugando los minutos finales del partido y se marchó por la noche a su casa.
"El Nottingham Forest puede confirmar que Taiwo Awoniyi se está recuperando bien, después de la operación de emergencia por la lesión abdominal sufrida el domingo. La gravedad de la lesión es un poderoso recuerdo de los riesgos físicos de este deporte y por qué la salud de un jugador y su bienestar debe ser siempre la prioridad", dijo el Forest en un comunicado el pasado miércoles.
La jugada de Taiwo Awoniyi no valía: "Si levantan la bandera, nada habría ocurrido"
"Era un fuera de juego por kilómetros, todo el mundo podía verlo y también yo, que estaba allí", dijo Ola Aina, defensor del Forest en declaraciones al Daily Mail. "Podían haber levantado la bandera. Si hubiesen levantado la bandera, nada de esto habría ocurrido".
Awoniyi completó el partido debido a que al Forest no le quedaban más cambios. Esta situación, según el club, provocó que el dueño Evangelos Marinakis saltara al terreno de juego y discutiera con el técnico Nuno Espirito Santo.
