La expedición del Real Betis Balompié aterrizó en suelo polaco a eso de las 19.30 horas. Es el primer paso de la histórica andadura que vivirá el club en Wroclaw, capital de la Baja Silesia, donde la entidad espera lograr el primer título continental de su vida. Una empresa harto complicada para los de Manuel Pellegrini, nada menos que ante la misión de eliminar al Chelsea de la final de Conference League, aunque por compromiso, ambición y ganas no será. Una actitud que se reflejó a las mil maravillas en el avión del equipo, como así se vio nada más aterrizar.
Una vez el avión tocó suelo polaco y el comandante dio su habitual discurso de bienvenida, comprobando la temperatura y el clima del lugar, buena parte de la expedición verdiblanca, entre las que se encontraban los jugadores, rompieron levemente la compostura para alzar la voz y cantar el cántico talismán del Real Betis, que en su día ya les llevó a levantar la Copa del Rey en La Cartuja.
"Betis alé, Real Betis Balompié, tienes que ganar la Copa, a Plaza Nueva hay que volver".
El avión de la expedición bética, un vuelo chárter con 275 plazas, despegó del aeropuerto sevillano de San Pablo sobre las cuatro de la tarde, con media hora de retraso sobre el horario previsto, hacia Breslavia, ciudad situada al oeste del país, cercana a la frontera con Alemania y con la República Checa.
La aeronave trasladó a la plantilla de jugadores y técnicos, encabezados por el preparador chileno Manuel Pellegrini, a los dirigentes del club español, con el presidente Ángel Haro al frente, familiares, periodistas y la primera avanzadilla de seguidores.
Pellegrini, quien dirigió un entrenamiento matutino en la ciudad deportiva del Betis antes del traslado al aeropuerto de San Pablo, se ha llevado a Polonia a todos los jugadores, incluidos los lesionados, salvo el centrocampista Marc Roca, pendiente de una operación para superar una dolencia en el pie derecho.