El minuto de tensión y en silencio entre Laporta y Florentino, con Ayuso de testigo durante la revisión del penalti
-
Florentino Pérez, Joan Laporta e Isabel Díaz Ayuso no hicieron ningún gesto durante la revisión
-
Xabi Alonso señala que se hablará en el vestuario con Vinicius y ensalza la figura de Camavinga en el Clásico: "El partido tiene una importancia extra"
El Clásico en el Bernabéu dejó uno de esos momentos que pasan desapercibidos para algunos, pero que dicen mucho sin necesidad de palabras. Mientras el estadio entero contenía la respiración a la espera de la decisión del VAR sobre un posible penalti, en el palco presidencial se vivió un silencio todavía más incómodo: Florentino Pérez y Joan Laporta, con la presencia de Isabel Díaz Ayuso, observaron la situación sin articular gesto alguno. Ni miradas, ni comentarios, ni un movimiento que delatara emoción. Una quietud tan milimétrica que hacía el ambiente más denso que el propio VAR.
La jugada del penalti que dejó mudos a Florentino y Laporta
En el minuto 50 de partido, Bellingham se internó en el área, buscó el centro y el balón rebotó en su rodilla antes de golpear en el brazo levantado de Eric García. El árbitro señaló inicialmente córner, pero enseguida llegó la llamada del VAR y el juego se detuvo. El Clásico se quedó en pausa durante unos segundos que parecieron eternos.
La reacción de Eric García al penalti pitado contra el FC Barcelona#LALIGAenDAZN ⚽ pic.twitter.com/kxS2Ut5vHY
— DAZN España (@DAZN_ES) October 26, 2025
En las gradas, el nerviosismo se convirtió en un murmullo creciente. Sobre el césped, los jugadores rodearon al colegiado, protestaron y esperaron impacientes la decisión final. Pero en el palco, la escena fue todavía más llamativa.
Florentino Pérez, Joan Laporta e Isabel Díaz Ayuso permanecieron completamente inmóviles. No cruzaron miradas ni intercambiaron palabra alguna. Nadie reaccionó. Esa quietud calculada les dio un protagonismo inesperado: cuanto más polémica rodeaba la jugada, más frío resultaba su silencio.
Cuando el árbitro finalmente señaló penalti a favor del Real Madrid, el estadio explotó en gritos y euforia. Sin embargo, en el palco presidencial todo siguió igual. Tres rostros impasibles frente a una jugada que podía cambiar el Clásico. Ni una celebración, ni una protesta… solo una tensión muda que hizo el momento todavía más extraño.