El peor fin de año desde el descenso
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El Real Zaragoza cerró en Valladolid el año con una nueva derrota. Los aragoneses acaban así la primera parte del curso 2017/18, que se reanudará el próximo 6 de enero, y lo hacen con más sombras que luces y con más sensaciones que resultados. Lo cierto es que el equipo blanquillo acaba el año más cerca del descenso que de la zona de promoción.
Algo que cabía esperar después de una temporada, la 2016/17, en la que el Real Zaragoza no fue capaz de sellar la salvación hasta la penúltima jornada. Sin embargo, los números de esta temporada son incluso peores que los de la pasada. Hasta la fecha, el conjunto dirigido por Natxo González ha disputado 20 encuentros con un balance de 5 victorias, 8 empates y 7 derrotas, para un total de 23 puntos. La pasada campaña, pese al cambio de entrenador –de Luis Milla a Raúl Agné–, el equipo había sumado más puntos en menos partidos, un total de 27 en 19 jornadas y era octavo en la clasificación después de 7 victorias, 6 empates y 6 derrotas.
Situaciones similares se vivieron en temporadas anteriores desde el descenso a Segunda. En la 2015/16, la derrota en Tarragona por 3-1 le costó el puesto a Ranko Popovic en la última jornada del año. Por entonces, tras 18 encuentros disputados, el Real Zaragoza era octavo con 27 puntos y un balance de 7 victorias, 6 empates y 5 derrotas. Precisamente el entrenador serbio había tomado las riendas del equipo en la recta final del año una temporada antes, en la 2014/15. Para cuando se cerró 2014, el Real Zaragoza era séptimo en la clasificación tras 18 partidos y destituido ya Víctor Muñoz. Por entonces, los números que arrojaba la tabla eran 28 puntos tras 7 victorias, 7 empates y 4 derrotas.
La temporada con menor puntuación hasta esta había sido la primera de este periplo por la Segunda división, la 2013/14. En aquella, el equipo todavía de Paco Herrera era 11º en la tabla con 26 puntos tras haber cosechado 7 victorias, 5 empates y 7 derrotas en los 19 encuentros disputados.
Vistos los datos, lo cierto es que la diferencia de puntuación con la mejor de las temporadas es de apenas cinco unidades (con un partido más jugado), sin embargo, más allá de los números, las sensaciones arrojadas por el equipo en sus últimas citas hacen pensar más en otra temporada en la que se deba luchar hasta el final por salvar la categoría que en un milagroso sprint que permita meter la cabeza en las primeras posiciones. En cualquier caso, para eso habrá que esperar la llegada de 2018.