Verdasca vuelve a levantar su muralla
Diogo Verdasca ha vuelto a encontrarse a sí mismo. El central portugués reapareció en la victoria por dos goles a cero del Real Zaragoza contra el Oviedo, y cuajó un buen partido al lado de Guitián. Correcto, bien colocado, recuperando balones. Verdasca aprobó el primer examen que le ha puesto Víctor Fernández. Y es que el último partido hasta entonces del joven zaguero había sido la derrota en Riazor que se llevó por delante a Lucas Alcaraz.
Para redondear su buena actuación, el Zaragoza dejó la portería a cero. Algo en lo que Verdasca se está empezando a convertir en un especialista. Si un defensa vive de que su equipo no encaje goles, los números están de lado del portugués. Ante los asturianos, cumplió su cuarto partido dejando la portería limpia. Poco a poco se va acercando al hito de la temporada pasada: en 30 partidos, no encajó en diez. Una muralla edificada sobre todo al lado de Mikel González, con el que hizo una muy buena pareja.
Ahora, con la llegada de Chechu Dorado, Verdasca puede tener un nuevo maestro. Si con Mikel González se entendió a las mil maravillas el año pasado, y con Guitián se sintió muy cómodo ante el Oviedo, la llegada del veterano exrayista puede ayudarle también. Con la baja para varias jornadas de Álex Muñoz por una operación en la mandíbula, Víctor necesitará que sus tres centrales estén en plena forma. Tras una primera fase de Liga con más sombras que luces (errores graves ante el Elche, el Mallorca...) Verdasca quiere seguir resarciéndose. Tiene el espejo del año pasado y compañeros con experiencia como Gutián y Dorado.
En sus tres últimos partidos, Verdasca ha dejado la puerta a cero en dos, contra el Córdoba, en el empate a cero de diciembre, y ante el Real Oviedo. Ahora le queda el reto de seguir creciendo. El portugués que demostrar sus muchas virtudes. Características que en palabras del ahora entrenador del Deportivo, Natxo González, le convierten en un central "distinto".
