Gabi Fernández gana su primer partido y une a toda La Romareda: jugadores y afición lo celebran por todo lo alto

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Consigue ganar en su tercer partido como técnico blanquillo
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El Real Zaragoza no ganaba desde enero
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La afición del Real Zaragoza se vuelca con Gabi Fernández y la plantilla, con bengalas y cánticos antes del Mirandés
Ganar al Mirandés era decisivo. Era primordial. Especialmente para Gabi Fernández, que necesitaba revertir la grave crisis por la que pasa el Real Zaragoza. Desde su llegaba al banquillo blanquillo aún no había conocido lo que era la victoria, un empate ante el Córdoba y una derrota frente al Racing de Santander, pero este domingo, por fin, el equipo ha conseguido dejar los tres puntos en La Romareda.
Después del gran apoyo que recibieron en el entrenamiento del sábado por parte de la afición, el equipo ha conseguido retomar el rumbo y seguir a flote, fuera de la zona de descenso tras vencer al Mirandés gracias a un gol de cabeza de Jair.
Un triunfo vital que deja un efecto psicológico muy importante en el equipo aragonés, que rompe una racha nefasta de una victoria en los doce encuentros precedentes. Por ello, la euforia ha estallado entre jugadores y el técnico blanquillo tras el pitido final.
Tanto los futbolistas como Gabi Fernández se han abrazado y han saltado en el centro del campo mientras toda La Romareda se encontraba de pie, con bufandas en alto, para celebrar una victoria muy necesaria.
Los abrazos con Gabi. La comunión entre La Romareda y los jugadores de su @RealZaragoza ❤️
Una victoria que es cuestión de supervivencia. Partidos que, aunque queden tantos por delante, tienen aroma a final #LALIGAHYPERMOTION pic.twitter.com/Og7CPI48ps
— DAZN España (@DAZN_ES) April 6, 2025
El Zaragoza se impuso en un partido trabado, con pocas ocasiones y menos remates entre los tres palos y gracias a una acción de estrategia en un saque de esquina que cabeceó Jair Amador en el minuto 78.
Con el partido casi atascado, el Zaragoza aprovechó un saque de esquina que cabeceó Jair a las mallas para poner el 1-0 en el marcador. A partir de ahí, el Zaragoza supo sufrir en defensa apoyado constantemente desde una grada que entendió el momento delicado por el que atraviesa el equipo y que estalló en una ovación con el pitido final como si hubiera ganado un título.
