Un rito que crea escuela

Hace poco más de un año la afición del Sevilla y su equipo se conjuraban en el Ramón Sánchez Pizjuán para una remontada, para darle la vuelta a la eliminatoria de la Europa League ante el Betis tras el 0-2 de la ida en los octavos de final. Entonces, y en rondas y eliminatorias siguientes, la afición nervionense hizo de un cántico un himno particular. El "échale huevos, Sevilla échale huevos..." se convirtió en un acompañante de las remontadas, ante el Betis, el Oporto, y en los hitos logrados por el equipo de Unai Emery.

Se convirtió además en habitual que tras los partidos, la afición sevillista convocara a su equipo en el centro de su estadio para hacerles llegar tan peculiar cántico.
Y por lo visto, de esa sintonía, de esa fórmula han tomado notas otros equipos y otros aficionados. Sin ir más lejos, este sábado, numerosos aficionados del Real Madrid, tras el partido ante el Eibar (3-0), empezaron a cantar, ya con los jugadores retirados a vestuarios, el famoso "échale huevos...", en referencia a la eliminatoria de la Liga de Campeones de este martes ante el Atlético de Madrid. Los jugadores merengues saltaron al campo a saludar a sus aficionados y conjurarse ante la importante ronda ante los colchoneros, al modo de los sevillistas.
Lo dicho, un cántico y un rito singular que crea escuela.