Un Sevilla que baja los brazos
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El Sevilla FC no termina de mostrar las sensaciones que desde todos los estratos del club se esperan. Ni la directiva, ni el cuerpo técnico, ni los jugadores ni los aficionados están contentos con lo que, hasta el momento, está haciendo el equipo, algo que se ha visto agravado con la derrota sufrida en Moscú ante el Spartak.
Hay un dato que se ha hecho evidente en estos dos primeros meses de temporada, y es que el equipo sevillista sufre sobremanera cuando se ve por detrás en el marcador.
De hecho, hasta el momento no ha ganado ninguno de los partidos en los que ha ido perdiendo en algún momento, cinco en total.
La primera vez que se vio por detrás en el marcador fue en el partido de vuelta del play off de la Liga de Campeones. Elia hizo el 0-1 y el partido ante el Istanbul Basaksehir acabó 2-2. El Sevilla se clasificó, pero sufrió sobremanera en los minutos finales.
El caso posterior fue en la primera jornada de la fase de grupos ante el Liverpool. El Sevilla comenzó ganando, pero los reds le dieron la vuelta al choque en la primera parte. Al final acabó el partido en empate gracias a un gol de Correa.
De ahí en adelante, las tres veces que ha comenzado perdiendo ha acabado siendo derrotado. Sucedió en el Wanda ante el Atlético de Madrid (2-0), en San Mamés ante el Athletic Club (1-0) y de forma humillante en Moscú ante el Spartak (5-1).
Es más, desde el primer partido oficial que jugó en Turquía, donde ganó 1-2, siempre que ha recibido goles no ha sido capaz de ganar, ya que a los partidos anteriores hay que sumar el 1-1 que logró el Espanyol en el Sánchez-Pizjuán en la jornada inaugural.
Pero lo peor de todo es la sensación que ha dado el equipo hasta ahora. Especialmente en las últimas tres derrotas, la impresión es de que el Sevilla baja los brazos cuando se ve por detrás en el marcador, perdiendo intensidad y apenas disfrutando de ocasiones. Y claro, así es imposible remontar un resultado.