Otro giro a la ruleta para inventar el fútbol

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Víctor Orta despide a un nuevo entrenador...
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... y parece que será el responsable de elegir al próximo
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La tarde, los nervios y las llamadas que acabaron con el puesto de García Pimienta en el Sevilla
El proyecto del Sevilla vuelve a fracasar de manera estrepitosa. El conjunto blanquirrojo, en el año posiblemente más fácil para acceder a Europa en décadas, acabará peleando, con suerte, en las siete últimas jornadas por acabar en zona de nadie, sin apuros, sin agobios y, que no se me olvide, con el cese de García Pimienta, el cuarto entrenador -sin contar a Caparrós- desde la llegada de Víctor Orta a la dirección deportiva. Y ahora llega mayo, llega el momento de girar la ruleta para volver a inventar el fútbol.
José Luis Mendilibar no valía, Diego Alonso fue un auténtico desastre y Quique Sánchez Flores, por una cosa u otra, parecía insuficiente. Se apostó, después de llamar a casi todos los posibles, por García Pimienta y rápidamente en Sevilla se instaló un debate tan antiguo como lógico: "Este hombre no vale aquí", decía la afición.
Muchos de esos aficionados no tienen licencias, ni títulos, ni estudios para ser directores deportivos, pero sí han visto durante años -unos más, otros menos- a su equipo. Además, sin título deportivo alguno, también han visto jugar durante cursos a Kike Salas, a Carmona, a Juanlu Sánchez, a Isaac Romero e iré más lejos, a Nemanja Gudelj, a Suso, a Loic Badé, a Djibril Sow, incluso a Saúl en el Atlético de Madrid, incluso, incluso, han podido ver alguna vez jugar en la élite a futbolistas como Pedrosa o, con mucha suerte, a Marcao.
No hacía falta demasiado para entender que el perfil de la plantilla blanquirroja no era la adecuada para un estilo tan marcado. Hasta un hombre Barça, con ADN marcado, con educación señalada, tuvo que cambiar sus métodos durante muchos encuentros para encontrar resultados.

La oportunidad de Víctor Orta para cambiar su historia en el Sevilla
Víctor Orta, a menos que la historia cambie en demasía -aunque en este equipo nada se puede descartar- tendrá una nueva oportunidad este verano. La cuarta elección -ya que Caparrós no apunta a seguir más allá de junio-, la cuarta posibilidad de entender eso de lo que tanto presume haberse "empapado".

Oportunidad para que Víctor Orta entienda aquello que Mendilibar comentó hace años, que este Sevilla "es menos artista", que en Nervión no se estila el tiki-taka, sino el toma-daca, el contragolpe, el físico, ser un equipo potente, un equipo serio, un equipo duro. En Nervión no asusta un pelotazo (ahora le llaman desplazamiento orientado), sino un toque al portero; en Nervión no asusta un doble pivote, sino un volante transitorio; en Nervión no asusta la línea replegada, sino la línea en mediocampo con dos centrales no demasiado rápidos.
Nervión entiende su propio fútbol, como se entiende en San Mamés, como se entiende en el Bernabéu y se entiende, de manera radicalmente opuesta, en el Camp Nou. Cada uno con sus matices, cada uno con su estilo, pero su fútbol. En Nervión no quieren inventar el fútbol, sino disfrutarlo a su manera.
No sabemos aún, porque en esto del fútbol todo cambia demasiado rápido, si Víctor Orta será el encargado de elegir al nuevo "líder del proyecto", pero sí sabemos, o al menos intuímos porque no tenemos más que el título de periodistas, lo que el público quiere, lo que, al menos en la época reciente, ha funcionado en Sevilla. ¿Tocará volver a girar la ruleta?
À su lado Oscar arias era dios
Este figura debe ser el siguiente.