La historia de terror de Joaquín Caparrós con El Sadar y Osasuna

Ha vuelto Joaquín Caparrós al Sevilla FC, y con él han regresado los recuerdos de una etapa en la que el equipo nervionense era, sobre todo, aguerrido. Se le pide al utrerano precisamente eso, que de un equipo que por momentos aparece pusilánime, haga un grupo de futbolistas capaces de mantener la tensión durante los 90 minutos más los descuentos de cada una de las partes. Y para muestra, la desconexión que supuso el gol de Kike García en el ‘redebut’ del entrenador en Nervión.

En esas, toca visitar El Sadar y enfrentarse a Osasuna. El escenario y el rival de las batallas más cruentas protagonizadas por el Sevilla de Joaquín Caparrós. Un lugar en el que nunca ganó como sevillista, y en el que apenas suma tres victorias en toda su carrera… ¡Y eso que fue entrenador osasunista!

Como sevillista, el utrerano ha dirigido seis partidos en el estadio navarro, en los que solo pudo sacar un empate. Además, fue escenario de dos dolorosas eliminaciones en los cuartos de final de la Copa del Rey en 2003 y 2005, en esos años en los que el sevillismo ansiaba ver a su equipo al menos en una semifinal.

No solo es cuestión del Sevilla

Tampoco le fue mucho mejor con el resto de sus equipos en El Sadar, pero al menos sí se anotó una victoria con el Deportivo de La Coruña, otra con el Athletic Club y, una más con el Levante UD, en su última visita. Cuatro derrotas más y tres empates completan la estadística como rival.

Y es que también hubo una etapa de Joaquín Caparrós como entrenador de Osasuna, entre finales de 2016 y principios de 2017, la peor de su carrera en la élite, ya que apenas duró ocho partidos y no consiguió ninguna victoria liguera. Perdió siete partidos y ganó uno, pero fue en la Copa del Rey ante el Granada CF. Sus cinco compromisos ligueros se contaron por derrotas.

Aquellas épicas batallas con ogros como Javier Aguirre, Pablo García o Webó y héroes como Javi Navarro o Pablo Alfaro, quedaron en la memoria del sevillismo, y ahora toca recordarlas con un Caparrós que tiene ante sí la oportunidad única de resarcirse en un campo que siempre se le resistió.