Ocho minutos de descuento, seis amarillas y un Sevilla 'made in Almeyda' para romper la racha en Mendizorroza

Matías Almeyda, el Sevilla de Matías Almeyda, de momento, cumple con lo prometido. El técnico argentino, en una de sus primeras intervenciones ante la prensa, no habló de juego, de estilo ni de ideas, sino de entrega, de sentimiento y de una imagen que "hará que el público esté orgulloso de sus jugadores". Este sábado, ante el Deportivo Alavés, muchos aspectos positivos con el balón... y otros tantos sin él.

Porque uno de los grandes reproches al Sevilla de García Pimienta era su fragilidad y su debilidad en términos de pillería. El conjunto hispalense entró en un bucle en el que no dejaba de perder puntos en los últimos minutos de la primera o la segunda mitad y en el Sánchez-Pizjuán entendieron que era necesario un cambio.

Ese es uno de los primeros cambios que se ha podido ver con este Sevilla. Agarrados a una idea de intensidad, presión alta y exigencia física, los blanquirrojos cambiaron el chip, que buscaba el segundo tanto en todo momento, en cuanto Alexis Sánchez consiguió marcar y demostraron que con Almeyda tienen clara la idea.

El sacrificio del Sevilla, la carga de amarillas y el compromiso del plantel

Porque en el momento que Alexis Sánchez terminó de celebrar su gol, Matías Almeyda se acercó a la línea y pidió cabeza a sus jugadores. El equipo bajó el ritmo, intentó ir frenando el encuentro... y acabó desesperando al Deportivo Alavés.

Mientras el árbitro iba sumando minutos al añadido, llegando hasta los ocho, y amarillas al conjunto hispalense, hasta seis -la última a Peque Fernández-, el Sevilla se iba creciendo y se podía ver hasta a César Azpilicueta celebrando un despeje en el tramo final.

Desde mayo de 2021 llevaba el Sevilla sin ganar en Mendizorroza. Desde entonces no se veía a un equipo tan comprometido -jugadores como Akor Adams acabaron hasta de extremo- en un escenario tan complicado.