El Almeyda entrenador que nunca dejó de sentirse jugador
-
El entrenador sevillista participa como defensa en el entrenamiento
-
Los motivos por los que Almeyda cree en Januzaj: "Un ejemplo de querer estar"
Matías Almeyda ha venido con la intención de quedarse mucho tiempo en el Sevilla FC. El preparador argentino está ante la oportunidad de su vida, tras pasar por ligas como la argentina, la mexicana o la griega, estar en España es un gran reto para él. Y la mejor manera de lograrlo es ser capaz de imponer su estilo.
Y ese estilo pasa, sobre todo, por los entrenamientos. Almeyda fue un jugador de altísimo nivel. Aunque no le dio para demostrarlo en el Sevilla FC, llegando en la época más convulsa que se recuerda, sí que lo hizo en Italia y también en la selección argentina. Un futbolista se retira, pero nunca muere, así que de vez en cuando al entrenador sevillista le sale el chico que tiene dentro.
Este viernes, en el entrenamiento del primer equipo con el partido ante el Rayo Vallecano en lontananza, lo ha vuelto a hacer. En un ejercicio de centros laterales y remate de los delanteros, Almeyda se ha colocado en el centro del área como defensa de la portería que defendía Odysseas Vlachodimos, para ‘incordiar’ a los atacantes y dar más realismo al ejercicio. Aunque no se empleó a fondo, sí que despejó todos los balones que llegaron a sus inmediaciones y chocó si hacía falta con los delanteros, reverdeciendo sus virtudes en la resta, lo que le hizo llegar a la élite. Además, así puede ver desde el mismo centro del juego las prestaciones de sus pupilos.
Almeyda, defensa del Sevilla
Se le pudo ver, por ejemplo, porfiando con Alexis Sánchez, o despejando los centros laterales que eran más defectuosos. Almeyda tiene un futbolista dentro que saca siempre que puede. Las cámaras de ElDesmarque han captado este momento, que puedes ver en el vídeo que encabeza esta noticia.
En él hay más detalles, como la confirmación de que Guido Bonini no es un preparador físico al uso. La mano derecha de Almeyda dirigía los ejercicios mientras su ‘jefe’ volvía a sentirse jugador. Hay cuerpo técnico, hay ascendencia sobre los futbolistas y carisma. Lo que está por ver es que haya tiempo suficiente.
